-Exhorta a los titulares de SEMARNAT, SAGARPA Y CONAFOR, para realizar las gestiones necesarias para la incorporación de México a la Red Mundial del Bambú
-El acero vegetal, mencionó, tiene potencial para retener suelo y agua, construir vivienda y desarrollar empresas rurales

México, D.F. Con el fin de aprovechar al bambú para revertir el deterioro ambiental, desarrollar vivienda e impulsar el desarrollo de empresas rurales, el líder del Sector Agrario del PRI, Alberto Jiménez Merino, planteó un programa integral de coordinación de instancias federales, para desarrollar y fortalecer, a nivel nacional, la cadena productiva del esta planta, aún desaprovechada en nuestro país.


Señaló que el bambú, considerado el acero vegetal, utilizado en la construcción de vivienda representa una ahorro de hasta 40 % comparado con los materiales tradicionales. Mencionó que en otros países se han diseñado estrategias alternativas para compensar el deterioro ambiental además de reducir el costo de la vivienda.

Asimismo recalcó que en nuestro país aún no se ha aprovechado suficientemente, aunque ya hay hoteles de bambú en Cuetzalan, Puebla y Huatusco, Veracruz. “Puebla –recordó- es pionero en incluir al bambú, el más grande de los pastos del mundo, como programa oficial en el año 2001”.

De lo anterior el también ex rector de la Universidad Autónoma Chapingo dijo que aún hacen falta en nuestro país dos millones de casas nuevas y cerca de cuatro millones necesitan algún grado de reparación, lo que hace urgente el aprovechamiento del acero vegetal para construir hogares.

Jiménez Merino describió que el bambú se destaca por su rápido crecimiento y desarrollo, además es el mejor retenedor de suelo y agua, ya que puede utilizarse como una barrera para evitar la devastadora erosión de las laderas en las partes altas de las cuencas y es el mejor protector de las tierras ubicadas a la orilla de barrancas y ríos.

México pierde cada año 2 mil 500 kilogramos de suelo por hectárea, aseveró el ex titular del agro poblano, “la erosión del suelo afecta a 120 millones de hectáreas, lo que representa más de 500 millones de toneladas de tierra fértil que se van por las barrancas, arroyos y ríos y que reducen drásticamente la capacidad productiva de la tierra”.

De igual forma señaló que el bambú es un eficiente auxiliar para combatir la pérdida del vital líquido, que se da a gran velocidad: “en 1950 teníamos 11 mil metros cúbicos de agua por año por cada mexicano y hoy esta cifra es de 4 mil 800, previéndose una reducción hacia el año 2030 a tan sólo 3 mil 500 metros cúbicos”.

En este rubro afirmó que el pasado 9 de diciembre se aprobó el punto de acuerdo en el que se exhorta a la Sagarpa a revisar y actualizar de inmediato - con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, las Universidades Agropecuarias y el Colegio de Postgraduados- los "Paquetes Tecnológicos", agropecuarios y acuícolas para volver eficiente e incrementar  la productividad del Sector Primario y evitar la pérdida de recursos en el campo mexicano.

En materia de producción, indicó, hace falta desarrollar y fortalecer la cadena productiva del bambú, hay importantes esfuerzos para fomentar su cultivo y aprovechamiento tal es el caso de Puebla, donde se estableció como un Programa Estatal desde el año 2000, en respuesta a los desbordamientos de ríos ocurridos en 1999. Se formó una barrera protectora de 2 km para la Colonia Morelos, Tenampulco contra el Rio Pantepec y se han desarrollado dos Centros de Procesamiento y Transformación en Hueytamalco y Cuetzalan, en este último se construyó un hotel de bambú en el año 2008.

De acuerdo a lo antes señalado, Jiménez Merino indicó la necesidad de un planteamiento integral sobre el aprovechamiento del bambú, por lo que exhortó a la Sagarpa, a la Semarnat, a la Conagua, al Conacyt, a la Sedesol, a la SEP, a la SSA, a la Canadevi, a Gobiernos Estatales y Municipales  y a la CONAFOR a desarrollar y fortalecer la cadena productiva del Bambú para revertir el deterioro ambiental y el cambio climático, así como promover la vivienda digna de bajo costo e impulsar el desarrollo de pequeñas y medianas empresas en el medio rural.