Los diez estados mexicanos con mayor grado de aridez son: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León, San Luis Potosí, Sonora y Zacatecas. Se le conocen como zonas áridas a las unidades geográficas y ecológicas en las que predominan condiciones de sequedad extrema. El desarrollo de México depende en gran medida del aprovechamiento de estos lugares en donde los recursos agropecuarios se producen a través de técnicas especiales.

 

La agricultura en las zonas áridas es muy vigorosa y la tecnificación de cultivos es la norma, además de la implementación de tecnologías modernas para lograr una producción eficiente de cultivos y al mismo tiempo aprovechar de forma sustentables el suelo y el agua.

Algunas de las técnicas aplicadas en la agricultura de las zonas áridas son: cosecha de agua, uso y almacenamiento de granos y semillas mejoradas, monitoreo de condiciones de terreno. La importancia de la producción en esta región ha impulsado la investigación biotecnológica para generar cultivos más resistentes y aumentar la productividad.

Cabe destacar que los principales productos agrícolas que se producen en las zonas áridas de México son la alfalfa, el maíz grano y forrajero, así como la avena forrajera.  

La ganadería en zonas áridas también es un reto que implica ejecutar alternativas para atender de manera adecuada la crianza de animales, a través por ejemplo de la producción intensiva de forrajes complementarios que permitan que estas zonas sigan produciendo cuatro de cada diez litros a escala nacional y manteniendo su excelente nivel de producción de cárnicos.

La SAGARPA, a través de la Comisión Nacional de las Zonas Áridas (CONAZA), promueve el desarrollo rural de estas regiones por medio del componente de Desarrollo de Zonas Áridas (PRODEZA), que en el año 2015 apoyó la construcción de 229 corrales de manejo bovino, 76 corrales caprinos y 84 invernaderos de hortalizas.