- Linda Zavala
- Categoría: AGRARIAS
Fernando Bejarano González, sociólogo y ponente en el III Simposio Nacional sobre plaguicidas, promovido por la BUAP, en entrevista comentó:”Creo que México debe tomar más en serio la discusión internacional que recomienda el retiro paulatino de plaguicidas altamente peligrosos, con esto nos referimos a plaguicidas que pueden causar daño, no sólo a corto plazo, sino los de mayor toxicidad que pueden casar daños crónicos a la salud y que no son visibles de manera inmediata., así como los que están incluidos en convenios internacionales”.
Actualmente la propia FAO y la Organización de las Naciones Unidas recomiendan que como medidas de reducción de riesgo, se reduzca de manera paulatina estos plaguicidas y propone alternativas.Como alternativas, cada vez está más claro que no es sustituir un químico por otro, sino promover alternativas agroecológicas que cambien la manera de combatir plagas y manejar el cultivo para tener mayor protección de la biodiversidad y tener ecosistemas y agroecosistemas más sustentables
Entonces, lo que presenté hoy es la discusión actual en el contexto de un convenio internacional sobre gestión de sustancias químicas a nivel internacional y las recomendaciones que están dando los expertos para orientar esta política pública lo que implicaría que el estado interviniera más para orientar ese mercado y romper con una inercia de que el mercado decida y tome decisiones cuándo el estado es el que debe tomar la iniciativa para salvaguardar la salud de los ciudadanos y del ambiente.Por lo que se refiere al número de plaguicidas peigrosos, comentó: “Dependiendo de la lista, hay un gran número de plaguicidas , no se reduce a los plaguicidas que tienen etiqueta roja, puede haber plaguicidas que digan “ligermente “ tóxico y que causan efectos crónicos, entonces esa información de las etiquetas no es completa,
no nos habla de los daños crónicos y por eso se debe discutir y mejorar la vigilancia epidemiológica y el derecho a conocer que plagicidas se usan en dónde se usan y cuáles son los riesgos que conllevan y cuáles son las alternativas, esa información no debe reducirse y lo que está en las etiquetas esa información debe dejar de ser un secreto comercial de las industrias y las autoridades deberían tener registros de uso con estos plaguicidas altamente peligrosos para tener mayor control de dónde se usan, cómo se usan y las comunidades potencialmente expuestas poder presionar para tener políticas de reducción en el uso y si es posible la sustitución y promoción de alternativas agroecológicas.
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