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Cuando las deudas entran en la familia, la relación se tensa y se corre el riesgo de que la relación se fracture, por ello hay que aprender a manejar la economía, no gastar en lo innecesario ni mucho menos adquirir deudas que superen el 10 por ciento del ingreso.
Así lo consideraron los maestros en Economía, Verónica Ayance Morales y Alberto Castañón Herrera, miembros del cuerpo académico “Análisis Económico”, de la Facultad de Economía, quienes recomendaron pensar antes de realizar gastos excesivos este fin de año o endeudarse con las tarjetas de crédito.Definir necesidades : Respecto al aguinaldo, que reciben poco más del 42 por ciento de los mexicanos según la Encuesta de Ingreso-Gasto de los hogares que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2010, la maestra Ayance Morales recomendó que antes de decidir en qué gastar este dinero, no se toque lo destinado a alimentación, transporte, educación, gas, energía eléctrica y renta, así como a pagar deudas.
“Esto significa sentarse a escribir, ver qué realmente hace falta y el excedente utilizarlo en un bien duradero y que realmente sea útil para todos, como un refrigerador, estufa, lavadora, computadora, televisión, recámara o comedor”.
También hay que tomar en cuenta la necesidad de bienes de capital. Por ejemplo si la mamá es costurera y ya le hace falta una máquina de coser o requiere modernizar la que tiene para mejorar su trabajo, es una buena decisión adquirir una nueva; o si el padre requiere de un taladro u otras herramientas para su trabajo o para hacer reparaciones que le ahorren gastos.
Quienes reciben aguinaldo deben aprender a distribuir este dinero extra, destinar una parte para la cena, pagar deudas y guardar para hacer frente a los gastos de enero (cuando las familias adquieren juguetes); no comprar en pequeñas cantidades sin planear, para evitar exceder el límite de endeudamiento y prever el pago de impuestos y servicios.
Planear el gasto
El maestro Alberto Castañón Herrera habló de la necesidad de planear el gasto y advirtió que las deudas que se adquieran no deben ser mayores al 10 por ciento del ingreso neto. Hacerlo en un porcentaje mayor haría inmanejable este compromiso y dejar de pagar significaría hacer crecer la deuda de forma exponencial.
Puso como ejemplo que si la familia gana siete mil pesos al mes, está en condiciones de manejar una deuda de 700 pesos. Si el ingreso es de más de un salario por hogar, es recomendable juntarlos para definir el nivel de endeudamiento.
Aclaró que en la decisión se debe tomar en cuenta el número de integrantes de la familia, porque no es lo mismo cuando sólo está papá, mamá y un hijo, que cuando se tienen más miembros en casa, porque el gasto corriente es mucho mayor y lo que queda de dinero, después de cubrir las necesidades básicas, es menor.
Si se quiere tener un buen fin de año y un excelente principio de 2013, después de hacer frente a los gastos indispensables, “si pueden, ahorren en alguna cuenta de inversión que les genere un interés, además de que sabrán que tienen un guardadito para hacer frente a gastos imprevistos”, comentó el profesor investigador.
En México el problema no es de consumo (porque éste se da por la vía del crédito o efectivo), sino de ahorro, por lo que Castañón Herrera consideró conveniente que en lugar de las compras se fomente el ahorro. Hay sectores que no tienen posibilidad de hacerlo en un banco, para ellos existen métodos como las tandas que da la posibilidad de pagar de contado algún bien, en lugar de endeudarse.
¡Cuidado con las deudas!
Ambos académicos de la Facultad de Economía alertaron sobre el riesgo de endeudarse más allá de las posibilidades económicas, mucho menos con tarjetas de crédito que tienen altas tasas de interés y que actualmente se consiguen con mucha facilidad. Éstas, sugieren, son para emergencias y con un uso basado en la economía real.
Si se va a aceptar una, o si ya se tiene, lo primero que se debe tener en mente es que se trata de dinero que está disponible, pero que no es propio y que utilizarlo costará una alta tasa de interés. Por ello es importante evitar utilizarla en la compra de alimentos, ropa o juguetes, es decir, bienes perecederos o innecesarios, porque éstos se terminan pero la deuda sigue hasta por años, comentaron.
El maestro Castañón Herrera ejemplificó lo anterior con los teléfonos celulares: “Se compran el más moderno con una deuda a tres años, cuando por la rapidez con la que se desarrolla la tecnología, al año o año y medio ya se convirtió en un modelo atrasado”.
En este caso es mejor adquirir los dispositivos móviles al contado o bien que los pagos estén dentro de las posibilidades del usuario y en plazos cortos para evitar riesgos, “porque cuando las deudas entran en casa, la armonía y orden en la familia se pierde”, alertó la maestra Verónica Ayance.
Asimismo es indispensable evitar los pagos en pequeñas cantidades que son a muy largo plazo, sobre todo si el ingreso de la familia no es semanal, además de que cuando se termina de pagar el artículo su precio resulta hasta tres veces mayor al costo inicial. Hay que hacer cuentas para ver el interés que cobran las tiendas departamentales, mismo que puede llegar hasta del 150 por ciento.
En los meses sin intereses las empresas no reducen precios, sino que alargan el plazo de pago o bien venden productos que ya tienen mucho tiempo en la tienda y que necesitan ser relevados por otros más recientes. Hay tarjetas que cobran hasta más del 50 por ciento de interés anual.
“Para evitar engancharse con las ofertas de algo que no se necesita, es mejor no acudir donde están; salir con la familia al parque o ver todos una película, porque somos seres humanos y muchas cosas nos gustan y las queremos”, concluyó la investigadora.
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