INGENIERÍA

Con la institución del Colegio del Estado como Universidad de Puebla, en 1937, nació la Facultad de Ingeniería de la BUAP: hoy, no sólo una de las más antiguas, sino además entre las que ha logrado un crecimiento importante en infraestructuras física y académica, para albergar a una de las poblaciones estudiantiles más grandes de la Benemérita, con una sólida formación acorde a las necesidades y demandas de la sociedad.

El crecimiento que experimenta en la década de los setenta del siglo pasado, aunado al perfeccionamiento de sus planes de estudio en los ochenta y la ampliación de su oferta académica, hoy la colocan como una de las facultades más robustas de la Institución, a la altura de las mejores de la región y el país, con el prestigio del que goza la ingeniería mexicana.

Su sólida formación académica la hizo merecedora del Premio Iberoamericano a la Calidad Educativa, hace cuatro años. De igual modo, la certificación del Consejo para la Acreditación de la Enseñanza de la Ingeniería, el único organismo autorizado para otorgar acreditaciones a nivel nacional, dependiente del Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES). La última reacreditación de este organismo la obtuvo en marzo del 2012 para cinco de sus seis ingenierías, y la faltante –Industrial-, será reacreditada en noviembre del próximo año.

Con la suma de Ingeniería Geofísica en 2001, en la actualidad la Facultad de Ingeniería de la BUAP ofrece seis licenciaturas –además de aquélla, Civil; Topográfica y Geodésica; Mecánica y Eléctrica, Industrial y Textil-, todas acreditadas en el nivel 1 de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES), con lo que el cien por ciento de su matrícula cursa programas de calidad.

En posgrado, ofrece además la Maestría en Ingeniería con seis opciones terminales: Estructuras, Geotecnia, Ambiental; Tránsito y Transporte, Construcciones y Sistemas Eléctricos de Potencia. Así también, la Maestría en Valuación, cuyo prestigio fundamentado en una sólida formación y cuerpo académico, se ha impartido fuera de la BUAP, en países como El Salvador, Perú y Costa Rica, así como otros estados del país, como Veracruz e Hidalgo.

Más de siete décadas de historia

A 75 años de su fundación, hoy la Facultad de Ingeniería es la tercera más grande de la Institución por el número de estudiantes: 3 mil 800 en licenciatura y más de 400 en posgrado.

Creada como Facultad de Ingeniería en 1937, año en el que ocupó algunos salones del tercer patio del Edificio Carolino (en las llamadas catacumbas), en esta unidad académica –una de las más antiguas de la Institución, junto con Derecho y Medicina- ocurrió la primera calificación Cum Laude a un examen profesional en Ingeniería Civil.

Con la fundación de Ciudad Universitaria, en 1968, la FI se traslada a ese importante campus, que hoy alberga a casi la mitad de la planta física y la matrícula de la Máxima Casa de Estudios de Puebla. La década siguiente es de crecimiento y expansión: se crea Ingeniería Topográfica, además de la Civil que ya existía, y se lleva a cabo una reorganización académica, conforme a los planes y programas de estudio de la UNAM.

El crecimiento de su oferta académica obedeció a las necesidades de la sociedad y la industria, así como a la pujante demanda de aspirantes para ingresar a sus aulas. Así, en 1997, surgen nuevas ingenierías: Mecánica y Eléctrica; Industrial y Textil; y cuatro años más tarde, Geofísica.

A la fecha, cuenta con cuatro cuerpos académicos y una planta de 232 profesores e investigadores, que han establecido convenios con sus pares en la UNAM, en el área de Materiales. Siete edificios hoy dan cabida a una de las poblaciones estudiantiles más grandes de la Institución en Ciudad Universitaria: más de 4 mil estudiantes

Además de garantizar una formación académica de calidad, una de las tareas sustantivas, en la Facultad de Ingeniería se atiende la investigación con un sentido social. Sus investigadores y cuerpos académicos desarrollan 20 líneas de investigación: hidrogeología ambiental, reuso de agua tratada, contaminación y saneamiento de acuíferos, electrónica de potencia, análisis sísmico de estructuras térreas, análisis sísmico de estructuras de concreto y acero, y estudio de la sismicidad en la ciudad de Puebla, entre otras, cuyo impacto social está a la vista.