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La distorsión de la estética y la belleza, producto de la moda y la mercadotecnia, ha provocado el origen de nuevos trastornos alimenticios como la diabulimia, ortorexia, ebriorexia o vigorexia, que junto con la anorexia, bulimia y obesidad afectan a más del 70 por ciento de la población.
Daniel Ordaz Moreno, Psiquiatra y Colaborador adjunto del Hospital Universitario de Puebla (HUP), mencionó que el trastorno de la conducta alimentaria más frecuente y que afecta a más del 70 por ciento de la población es la obesidad, aunque desafortunadamente no se reconoce como tal.
"Se han hecho estudios que resaltan que los médicos tienen el mismo riesgo cardiovascular que los pacientes que atienden; desde ahí la situación es grave, porque el concepto de obesidad como una enfermedad no se tiene", lamentó.
Ordaz Moreno señaló que la población más vulnerable son los adolescentes, quienes son capaces de hacer cualquier cosa por mantenerse delgados, comienzan a enfrentar alteraciones de la percepción y problemas de conducta alimenticia, que tienen de fondo una base psiquiátrica que puede relacionarse con trastornos de ansiedad o depresivos.
"Aún cuando trastornos como la anorexia están descritos desde el año 1800, recientemente han surgido problemas nuevos como la vigorexia, diabulimia, ortorexia y otros que representan un serio riesgo para la salud al no deteriorar el aspecto físico de manera rápida y visible", indicó.
La ortorexia se relaciona con trastornos obsesivo compulsivos, es una obsesión por comer solamente lo sano, a renunciar a todo aquello que tenga conservantes, colorantes y aditivos y se privan de nutrientes esenciales para conservar la salud. En la vigorexia, se practica ejercicio extremo, se comen hidratos de carbono y proteínas en exceso, además ingieren esteroides y otros estimulantes que suele causar problemas hepáticos, renales, cardiacos y metabólicos.
La diabulimia la padecen aquellas personas que sufren diabetes, su obsesión por adelgazar les lleva a evitar las inyecciones de insulina que necesitan administrarse para el buen funcionamiento de su organismo con el propósito de reducir su peso corporal.
El caso de ebriorexia, que se comienza a reportar, busca sustituir las calorías que contiene un pedazo de carne o cualquier otro alimento, por las calorías que puede dar el alcohol. Entre las variantes se incluye la sadorexia; donde los afectados tratan de bajar de peso autoinfligiéndose lesiones cuando se come de más.
Ordaz Moreno insistió en que todo lo anterior surge ante la trasformación de los conceptos de belleza y de moda, que buscan agradar a las otras personas más que a uno mismo, "los conceptos se han ido distorsionando, hay un video muy ilustrativo en el que toman la foto a una persona y luego por medio de la computadora rehacen su imagen y una persona normal nunca va a poder adquirir esta belleza".
Afirmó que la responsabilidad de la salud no depende sólo de los gobiernos o de los médicos, sino de manera particular de los individuos y las familias, quienes deben cuidarse y modificar sus estilos de vida con base en una palabra clave que es "balance", de acuerdo a la etapa de la vida en que nos encontremos.
Concluyó en que lo más importante no son las cifras escandalosas, sino que los individuos tomen conciencia de que la clave está descrita desde las viejas generaciones y es: comer bien, dormir bien, reír, practicar ejercicio y disfrutar de la vida, sin esperar a que una pastilla milagrosa solucione sus vidas.
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