De acuerdo con estudios realizados existen organizaciones donde uno de cada tres trabajadores tienden a ser víctimas de acoso laboral, lo que genera afectaciones a nivel individual, organizacional y laboral, afirmó Víctor Manuel Galindo Flores, coordinador del Departamento de Educación Continua de la Facultad de Psicología de la BUAP.

Al impartir el taller “Mobbing el asesino silencioso”, el especialista en psicología organizacional presentó las consecuencias del acoso laboral, el cual podría ser generado incluso por las mismas organizaciones para “deshacerse” de sus trabajadores por diversas causas.

Galindo Flores explicó que a nivel individual, la víctima de mobbing llega a presentar problemas de estrés postraumático, de salud física y mental y tiende a salir de la organización por este tipo de hostigamiento; con respecto a la organización, éste fenómeno provoca baja productividad, mal clima laboral, y en consecuencia baja competitividad, al no atender al recurso humano.

Abundó que a nivel social se presentan problemas de salud pública como diabetes o hipertensión, que provocan ausentismo, falta de atención y efectividad por parte del trabajador y un mayor gasto en materia de atención a la salud.

“Vemos al mobbing como un asesino silencioso, porque por un lado la organización no quiere darse cuenta que éste existe, asume que son mitos o problemas a nivel interpersonal, parte del ambiente de trabajo, hablamos de instituciones de índole productiva y de servicios, además de centros escolares”.

El psicólogo puntualizó que la violencia psicológica que enfrenta la víctima mengua su salud física o emocional a través de circunstancias como ninguneo, desvalorización o rumores que perjudican su trabajo y su relación con los demás.

Abundó que en múltiples ocasiones no se trata de un hostigador, sino de un grupo que muchas veces no se da cuenta de lo que está haciendo, a excepción del hostigador denominado el “narcisista perverso”, quien oculto busca estrategias para destruir a alguien, ya sea porque considera que es superior y puede desplazarlo o tiene algo que rechaza de sí mismo.

Reconoció que en ocasiones hay directivos que usan esta estrategia para separar a quienes no piensan igual o no son disciplinados, “si una persona no entra en la estructura crea las formas para separarlo a través de este acoso psicológico para no pagar las prestaciones que merece”.

Galindo Flores indicó que generalmente la víctima termina sintiéndose culpable de lo que está sucediendo, enferma física y mentalmente, y todo ello repercute en su vida familiar y social.

Comentó que a través de su trabajo como psicólogo organizacional por su contacto constante con directivos, trabajadores y mandos medios ha podido conocer más acerca de este fenómeno y lamentó que en México aún no haya leyes que respalden a las víctimas.

Desde el punto de vista psicológico, dijo, se busca proporcionar a los directivos las capacidades para manejar conflictos, trabajar en equipo, analizar problemas y tomar decisiones que propicien una comunidad laboral basada en la convivencia pues “no puede haber competitividad en el ámbito laboral, si no hay calidad de vida en el trabajo”, concluyó.