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La gran transformación, tema central del Foro de Davos, servirá para que los países reconozcan las grietas actuales del sistema capitalista que, en Estados Unidos y la Unión Europea, han demostrado en el curso de la crisis de más de un lustro que la especulación en la esfera financiera no ha llevado a su población a mejores niveles de equidad, expuso. Revista Latinoamericana de Economía, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), que la especulación financiera no ha mejorado los niveles de equidad de la población.
Las políticas alternativas a la crisis, advirtió Alicia Girón, directora de la revista Problemas del Desarrollo. Revista Latinoamericana de Economía, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, dejan sin empleo a muchos jóvenes, disminuyen las pensiones y eliminan del modelo de bienestar social europeo a muchas familias.
La situación que se vive en esas naciones, expuso, pone en tela de juicio la “mano invisible” frente a la “visible” que responde a los intereses de un Estado regulador que ha logrado orientar, a través de bancos públicos y empresas estatales y privadas, el crecimiento de los últimos 20 años en China, Brasil, Rusia y los Emiratos Árabes, entre otros.
Los esquemas de auxilio para algunos países de la eurozona, sólo beneficiarán a los grupos financieros en alianza con el Estado. No hay una solución de cancelar las deudas contratadas y la disminución de los intereses de los créditos. Tampoco, subrayó, claridad en torno al tratamiento de los inversionistas institucionales en los mercados.
Salvar a los bancos con recursos públicos, a través de los institutos centrales, refirió Girón, ha sido la tónica que domina el panorama de los últimos cinco años. De ahí que las políticas de reducción del gasto público para disminuir el déficit, contraen el consumo y las ganancias de las empresas europeas. “No hay forma de lograr nuevas inversiones por el elevado acceso al crédito y a los servicios financieros”.
La globalización, detalló la investigadora, fue profundizar la internacionalización de grandes corporativos alrededor de los países que perdieron el control estatal. Lograron mayores ganancias donde no se regula el salario, e incluso, destruyeron el medio ambiente por la regulación ambiental existente en las naciones pobres.
A ello, se suma la internacionalización de los mercados que vinieron a trabajar, holgadamente 24 horas al día, apoyados en la especulación de los derivados y las operaciones fuera de balance.
En síntesis, la globalización acabó con la regulación y ahondó, a través de la apertura financiera, la especulación y los grandes fraudes que quebraron instituciones que, en su tiempo, sirvieron para mejorar el nivel de vida y la vivienda de las clases medias en Estados Unidos, por ejemplo.
Girón reconoció que el tema principal en el Foro de Davos es la crisis de la deuda en Europa, las medidas para salvar al euro y las naciones que permanecerán dentro de ese esquema monetario. A su juicio, la crisis se originó con el Tratado de Maastricht, porque desde entonces se acuerda que los recursos deberán canalizarse a los mercados financieros, con pérdida de soberanía del propio euro y, por supuesto, de cada país.
La problemática de Grecia, las negociaciones con los mercados financieros, y el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI), ponen en evidencia la voracidad de los inversionistas institucionales que financiaron a Portugal, Irlanda, Grecia y España, pues la liquidación de los créditos se torna impagable y la recesión se profundiza.
Para lograr un crecimiento con calidad, agregó, se debe recuperar la credibilidad, fortalecer las instituciones, garantizar el empleo formal y las prestaciones, pues con ello se reactiva el consumo, mejora la producción y aumentan las ganancias de las empresas, que deben invertir en proyectos productivos.
Pero en este momento, alertó, se percibe la agudización del no empleo, disminución de la producción de las pequeñas y medianas empresas, y oxigenación de los grandes bancos a través de paquetes de salvamento. Los países europeos, opinó, deben ir por la unificación fiscal de la región, la regulación de los mercados y, consecuentemente, la modificación de la legislación del Banco Central Europeo.
Al hablar sobre el papel actual de las empresas calificadoras, Girón mencionó que dominan, desde hace entre 15 y 20 años, el panorama y tienen, en el fondo, un sesgo político. Responden a los intereses de los mercados, pues los estados de las empresas e, incluso de municipios y estados, “son vistos a través de la lupa de las razones financieras. Su apreciación sobre el dinero es distinta a lo que podría ser una visión con mano visible”.
Francia y Austria, mencionó, son expresión de la bancarrota del sistema. A las calificadoras les interesa el pago de las deudas; la fragilidad financiera y económica ponen en entredicho las políticas contraccionistas implementadas para salvar a las instituciones bancarias, a los inversionistas y a los mercados.
La economía mexicana: La economía mexicana es el resultado del mejor laboratorio implementado por los organismos financieros internacionales. No sólo fueron el FMI y el Banco Mundial, sino el Tratado de Libre Comercio de América del Norte los que abrieron la economía y dejaron a muchos pequeños y medianos empresarios ante una apertura indiscriminada que destruyó las cadenas productivas, porque se fomentó la alianza de transnacionales. Hoy, dijo, la gran problemática es haber caído en el modelo de producción de divisas petroleras y remesas.
Por tanto, la fragilidad económica, política y social está a flor de tierra. “Si no crece nuestro vecino, no nos da un catarrito, sino una pulmonía al borde de la neumonía y ya sabemos qué es los que sigue…un paciente estable”.
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