segunda-pielTrajes con propiedades médicas, antibacterianas, generadoras de electricidad, capaces de suministrar insulina y que bloquean las ondas de los teléfonos móviles, son algunos ejemplos de prendas que tienen la finalidad de convertirse en una segunda piel, expresó el maestro Alfredo Avendaño Arenaza, Director General de Bibliotecas de la BUAP.

 

Al inaugurar el Quinto Congreso de Ingeniería Textil, que organiza la Facultad de Ingeniería de la Institución, en representación del Rector Enrique Agüera Ibáñez, destacó que “hoy la ingeniería textil está cambiando totalmente gracias a la tecnología y programas de calidad, donde existen palabras clave: innovación, investigación en tejidos y el desarrollo tecnológico”.

Los científicos prueban modificaciones químicas y físicas a las fibras, además de apostar por la nanotecnología, pero sin olvidar no dañar el medio ambiente.

Avendaño Arenaza destacó que este congreso representa una oportunidad para compartir experiencias, realizar vínculos de investigación y fomentar la capacidad de la industria textil en México.

El director de la Facultad de Ingeniería, doctor José Ignacio Morales Hernández, señaló que la vinculación con el sector empresarial es importante para el ámbito textil, ya que los alumnos pueden poner en práctica sus conocimientos y adquirir experiencia en el área.

Por otra parte resaltó que la reciente acreditación por parte de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES), habla de la calidad académica de los programas de estudio de la dependencia a su cargo.

La conferencia inaugural “Capacidad intelectual”, a cargo del doctor Alejandro Márquez Passy, escritor, investigador y panoramista de temas como calidad creativa y productividad, resaltó la importancia de patentar.

Ante alumnos de diferentes estados de la República Mexicana reunidos en el Auditorio de la Facultad de Ingeniería de la Máxima Casa de Estudios de la entidad, dijo que los ingleses fueron los pioneros en la protección de inventos.

Recordó que “éstos no pertenecen a quienes los inventan, sino a quienes son capaces de patentarlos”. El alambre de púas, el sacacorchos e incluso la televisión, son inventos mexicanos que no son reconocidos como tales, debido a que fueron tomados por extranjeros.

Explicó que existen tres tipos de patente: de creación literaria que incluye canciones, recetas de cocina y poesía; de aviso comercial, donde destacan logotipos, eslogan y todo aquello que identifica a un producto; por último se encuentra la patente tecnológica.

Márquez Passy comentó que en muchas ocasiones el registro de una idea se debe a la mentalidad de la gente, porque las personas no saben el valor de su invento, por lo que motivó a los asistentes a crear y desarrollar sus iniciativas, pero sobre todo registrarlas para que nadie se apodere de ellas.