jardin-botsnicoEn el Jardín Botánico de la BUAP se enseña como recolectar, secar y almacenar plantas medicinales como la albahaca, ajenjo, azafrán, caléndula, hierbabuena, lavanda, manzanilla, milenaria, romero y salvia, vegetales que fueron el material de trabajo para los participantes en el curso-taller “Colecta, secado y almacenamiento de plantas medicinales para su comercialización”, que inició en el aula verde del Jardín Botánico “Ignacio Rodríguez de Alconedo” de la BUAP.

 

Para comenzar, los 20 inscritos procedentes no sólo de unidades académicas de la Universidad, sino también de otros estados como Hidalgo y Oaxaca, conocieron un poco de la historia de las plantas medicinales en el país y su utilización desde la época precolombina.

Sobre la época actual, Anna-Lenna Kurzrock de la Philipps-Universität de Marburg en  Alemania, y quien imparte este curso junto con la doctora Maricela Rodríguez Acosta, directora del Jardín Botánico, señaló que uno de los problemas para la comercialización de plantas medicinales es el control de calidad.

De esta manera se enseñó a los asistentes cómo realizar un examen visual y microscópico para determinar la calidad de las plantas secas, tomando en cuenta su color y aroma, el cual señaló la doctora Maricela Rodríguez Acosta no debe ser obscuro, sino del tono original de la planta.

Más tarde con pipetas, solución salina y recipientes a la mano, los participantes en el curso-taller, realizaron una práctica para determinar la presencia de microorganismos en las plantas como hongos.

Asimismo Anna-Lenna Kurzrock quien culminó sus estudios en la Unidad de Estudios Académicos de Farmacia de la Philipps-Universität, les enseñó diferentes métodos de secado de plantas: al sol o campo, por microondas y con secadores profesionales en los que se puede regular la ventilación, temperatura y en ocasiones hasta la humedad, para un mejor secado de la planta.

Las especialistas en botánica realizaron una pequeña descripción de la flora con fines medicinales, como el romero, que comentaron se utiliza como antiespasmódico, antiséptico y estimulante del apetito, pero que también puede tener efectos secundarios que pueden ser desde irritaciones en la piel, hasta ardor abdominal, náusea, vómito, diarrea  e irritación renal.

Mostraron también las características de la salvia, cuyas hojas se emplean como anti-inflamatorio, antimicrobiano, astringente y antitranspirante, aunque en exceso puede causar convulsiones, taquicardia y vértigo.

Dentro del taller “Colecta, secado y almacenamiento de plantas medicinales para su comercialización”,  Maricela Rodríguez Acosta y Anna-Lenna Kurzrock  mostraron a los participantes las técnicas de  recolección, cosecha y limpieza de las plantas para su secado.