BUAP.- Enclavado en la Mixteca de Puebla, Atzitzihuacán es un municipio afectado por la migración, a causa de la falta de oportunidades. Con vocación social y aptitudes profesionales, estudiantes de diversas disciplinas de la BUAP han guiado a sus habitantes en la creación de pequeñas y medianas empresas. Son los extensionistas universitarios, quienes tan sólo en el último año han beneficiado a 3 mil 540 poblanos y de este modo han incentivado los frutos del campo y evitado su abandono.

 

Desde su llegada en 2015, las seis generaciones de universitarios que han colaborado en este brazo de responsabilidad social de la BUAP –coordinado por el Centro de Innovación y Competitividad Empresarial (CICE)- han brindado capacitación a pobladores de 13 comunidades, de los municipios de Acatzingo, Zacatlán, Santa Isabel Cholula, Zoquiapan, San Andrés Cholula y Puebla de Zaragoza.

Para conocer este trabajo, el Rector Alfonso Esparza Ortiz viajó a la Mixteca poblana, donde constató los proyectos desarrollados a partir de plantas y cultivos de la región.

Tras cerca de una hora con 30 minutos de camino, de Puebla a Atzitzihuacán, confirmó la vocación, capacidad y compromiso de los extensionistas en la construcción de estas empresas, las cuales actúan como mecanismos para devolver a la sociedad los beneficios que el conocimiento universitario materializa, además de incentivar el desarrollo de las personas involucradas.

Allí, subrayó: “Su trabajo va más allá de un servicio social o una práctica profesional, es una labor que involucra sentimiento. Veremos cuáles áreas de la Universidad se pueden incorporar en estos proyectos. Ustedes hacen lo que la Institución pretende: llegar a todos los sectores de la sociedad, por ello analizaremos las opciones para ampliar su alcance”.

La labor de los universitarios es extensa y variada. Mediante cursos y talleres, capacitan a niños y jóvenes para lograr su empoderamiento desde edades tempranas, en el aprendizaje del idioma inglés, matemáticas y la fabricación de calentadores solares con pet, así como en la creación y ejecución de modelos de negocios.

Mientras que con los productores, son consultores externos en áreas correspondientes a sus disciplinas. En este caso brindan asesorías en procesos industriales, mercadotecnia, comunicación y publicidad, administración y ventas, producción agrícola eficiente y sustentable, registro de marcas y patentes, y en innovación, entre otros aspectos esenciales para el emprendimiento de proyectos comerciales exitosos.

De acuerdo con datos del CICE, organismo para la promoción de vocaciones emprendedoras que depende de la Dirección de Innovación y Transferencia del Conocimiento (DITCo) de la BUAP, en el último año en Atzitzihuacán se han beneficiado directamente a 330 niños y jóvenes y a 87 productores.