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Explicó que una familia funcional debe tener una comunicación clara mediante el diálogo, un ambiente receptivo para que haya confianza, se puedan discutir diferencias, aclararlas o respetarlas, y expresiones de afecto, tanto con palabras como físicamente.
Además deben existir reglas o normas, las cuales tienden a cambiar conforme la edad y condiciones de cada miembro, que han de ser explícitas, negociables y precisas. "Todo esto facilitará que las personas se desarrollen mejor en el área que les interesa dentro del núcleo social", señaló.
Otro punto importante, agregó la Especialista, son los nexos que ha de tener con sus orígenes o bien con otras familias; "esto se ha ido perdiendo por condiciones sociales o económicas, lo que la hace más difícil de nutrir. Lo ideal es que haya contacto con grupos familiares de amigos o compañeros de trabajo donde puedan verse distintos problemas y
tipos de funcionamiento".
La Doctora Stange Espínola comentó que fue alrededor de los años setenta con la película "Kramer vs Kramer", cuando el concepto tradicionalista se transformó; "pues hasta entonces se consideraba que cualquier cambio en este tipo de estructura no era considerado como familia y que la responsabilidad de su funcionamiento era exclusivamente de la mujer; ahora una familia puede estar conformada por un padre soltero, viudo o divorciado, lo cual no impide que el grupo sea funcional".
"Actualmente en muchos hogares papá y mamá trabajan; aunque algunos lo hagan para ingresar dinero a la casa, en otros casos es una manera de armonizar el trabajo doméstico: lavar la ropa, cocinar o mantener la casa ordenada, por lo tanto, este es un rol que puede ejercer tanto el hombre como la mujer; sin embargo hay ciertas tareas que pueden encargarse a los más jóvenes para que comiencen a sentirse útiles y a ser responsables de la casa y de ellos mismos; a su vez, esto les ayudará a decidir con mayor facilidad sobre su futuro", agregó.
La también directora del Centro Clínico de Psicología (CECLIPSI), explicó que cuando se unen dos personas en nupcias o libremente, "se establece lo que vemos los psicólogos como un contrato matrimonial: hablar de qué espero de la relación, qué daré a la familia, qué me dará mi pareja y qué podemos construir en conjunto. Es básico el respeto por el otro, tolerar la diferencia y evitar la violencia física, verbal, emocional o psicológica, pues de tenerse, tiende a incrementarse".
Asimismo, a pesar de que la formación inicial es importante, al momento de fundar una familia, "hay que tener una actitud positiva en trabajar para estar bien en lo individual o con mi pareja, tenemos que invitarla a que participe y de no acceder, será nuestra decisión si seguimos la relación o no", finalizó.
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