PEYOTE

Las drogas no deben ser estigmas del demonio, puesto que éstas incluso se encuentran de forma natural en el cerebro y en ciertas especies de plantas, afirmó el doctor Héctor Vargas Pérez, investigador del Donnelly Centre for Cellular and Biomolecular Research de la Universidad de Toronto, en Canadá. Por ejemplo la dimetiltriptamina, mejor conocida como DMT, es el alucinógeno más potente que existe y es producido en el cuerpo humano: En hígado y pulmones.

 

Este químico psicoactivo se puede producir también mediante la meditación, niveles extremos de estrés y al momento del nacimiento. Asimismo está presente en cientos de especies de plantas y ha sido usada tradicionalmente en Sudamérica tanto en bebidas de Ayahuasca y rapés desde hace milenios.
En el marco de la Semana del Cerebro, que organizó el Instituto de Fisiología de la BUAP, el académico explicó cómo las adicciones modifican al cerebro y cómo determinadas sustancias pueden inhibir esta modificación cerebral, revertirla y curar las adicciones que se relacionan con la depresión.
Estas sustancias se conocen como psicodélicos, alucinógenos y ahora como enteógenos, “las cuales han sido utilizadas ancestralmente para curar y tener estados místicos, así como de expansión de la conciencia”.
Indicó que “los psicodélicos están estigmatizados desde los años 70 por una cuestión política de Richard Nixon y Ronald Reagan por la contracultura hippie que puso en evidencia al estado norteamericano”, por lo que fueron prohibidas.
Remarcó que en un contexto controlado estas sustancias pueden ser beneficiosas al curar ansiedad, estrés postraumático y depresión. “Una sola ingesta de las sustancias llamadas de los dioses, dura más de un año”.
Vargas Pérez señaló que el consumo de alucinógenos es una alternativa que puede funcionar, pero los resultados varían en cada persona; “uno de los efectos de estos estados místicos es que uno pierde el ego, es decir, la persona que se cree que es desaparece y siente morir”.
Concluyó que en México algunas de las sustancias utilizadas para curar pueden ser el vino de jurema o tepezcohuite, así como hongos alucinógenos y el peyote. De esta manera, concientizó a los estudiantes reunidos en el auditorio de la Facultad de Ingeniería a ver a las drogas como un método curativo tomado con cuidado.