Por Hipólito Contreras

En los primeros cien días del gobierno estatal se han anunciado diversas  obras en las que se invertirán varios miles de millones de pesos,  sobre todo en obra carretera, puentes,  distribuidores viales   e infraestructura de edificios  públicos.

Si el  presupuesto del gobierno del estado este año es de poco más de  54 mil millones de pesos, en sólo cien días ya están comprometidos por  lo menos quince mil millones de pesos,  es lo  que se ha escuchado en los medios sobre obras en marcha,  esto significa que  más del  25 por ciento del total ya está comprometido.

Es cierto, los recursos  públicos son para eso, para invertirse en obras  públicas, en infraestructura, en apoyos a proyectos productivos, en equipos, maquinaria, servicios,  en beneficios a  la población, pero debe haber prioridades, primero lo urgente.

 

Debe tomarse  en cuenta que de ese presupuesto total solo el sector educativo se leva el  45  por ciento, peor en total el gasto corriente, operativo y nómina el gasto se eleva  al 75 por ciento.

Lo preocupante es que es que del total del presupuesto del gobierno estatal, el sector agropecuario es uno de los más desfavorecidos, se le destina aproximadamente el 1.2  por ciento del total, unos  700 millones de pesos.

Para un sector prioritario en donde deben de producirse  los alimentos que se consumen se le destina el más bajo presupuesto. Otra vez se prioriza a otros sectores como el de la construcción, por ser el más beneficiado por la serie de obras anunciadas como son las carreteras, autopistas, viaductos, puentes,  distribuidores, oficinas  públicas, etc.

Con una sola  obra de estas las empresas constructoras se llevan mucho más de lo que se destina al sector rural.

No, no se niega que la presente administración ha entrado a tambor batiente y que en menos de cien días son muchas las acciones e inversiones,  sin embargo, no vemos una de peso para el campo.

Por ejemplo una  acción buena para campo poblano  es la construcción de una o más presas en la Mixteca para captar agua  e  impulsar diversos proyectos.

El campo poblano necesita  acciones fuertes como entrarle a la  mecanización y capacitación, urge un plan estatal inteligente para el sector, el potencial es enorme, tenemos recursos, hombres y mujeres capaces, se necesita organizar, apoyos, acciones, técnicos, bodegas, equipos, capacitación, fuertes  inversiones etc.

Siempre he insistido que el campo, como la educación, debe ser prioridad para todo gobierno, los dos sectores van unidos, educación para  transformar a niños   y jóvenes,  para preparar el recurso humano que lleve los cambios y el desarrollo al campo, a todo el sector rural.

Puebla y el país  requiere un campo productivo, campos llenos de  granos, forrajes y alimentos,  de bosques, de maquinaria que  facilite la producción y genere volúmenes, se requiere transformar  los productos en subproductos  y derivados.

El campo necesita instituciones especializadas  que lo atiendan, financiamiento a bajas tasas de interés, subsidios gubernamentales, apoyos  directos  en comercialización,  bajar las importaciones y darle preferencia  al mercado nacional.

Es cierto que hacen falta las comunicaciones, las carreteras, pero también muchos caminos en los municipios y comunidades que en tiempo de lluvias son intransitables, antes que una autopista de muy elevados costos  se necesitan caminos.

Las  megas obras sólo benefician a las grandes empresas, no a los grandes grupos de población, sirven para la foto, para llenar espacios en los medios de comunicación, además, reditúan beneficios  políticos para el grupo en el poder, se necesitan obras que generen beneficios  masivos.

La administración anterior le llamaron el sexenio del campo, se hicieron muchas cosas como el programa de autoproducción alimentaria, el impulso a la cadenas productivas,  la construcción de carreteras para enlazar municipios, la construcción de escuelas, universidades, tecnológicos, impulso a la ganadería y  reforestación, aunque también se hicieron  mega obras como la Célula y el Centro expositor que tuvo un costo superior a los dos mil millones de pesos.

Viene el nuevo gobierno y siguen las mega obras y al campo se le sigue destinando un bajo presupuesto, se sigue privilegiado el desarrollo  empresarial con los contratos de obra, mientras al gran sector rural y social se le apoya mínimamente como los mil pesos  de crédito a la mujer para que pongan su negocio.

Si siguen las  grandes obras  el presupuesto se va a agotar, miles y miles  de millones de pesos  anunciados para esto y aquello, lo que se requiere es que se generen empleos para los cientos de miles de  jóvenes en  el sector rural  y urbano, lo que se requiere es impulsar el desarrollo  agropecuario,  lo que se requiere es rescatar ríos y bosques, suelos agrícolas, retener familias en sus comunidades, frenar la migración, proteger   a los grupos indígenas, proteger y rescatar especies animales en peligro de extinción, proteger recursos naturales, etc.

Las  megas obras lucen pero no acaban con la pobreza, la profundizan,  hacen más grande la brecha entre pobres y ricos, profundizan la  marginación.

Sin embargo, este  gobierno apenas empieza, démosle tiempo, todavía puede ser el mejor de la historia de Puebla si se lo propone. El campo aún espera acciones de peso, políticas públicas capaces de realizar transformaciones de fondo