Samuel Maldonado Bautista    

En la ciudad de México, el día de ayer por la tarde-noche(lunes 24) tuvimos la oportunidad de asistir y escuchar una Conferencia Magistral impartida por la Presidenta Electa de Brasil,  misma que por artimañas políticas fue separada de su cargo como tal. 

 

Dilma Rousseff fue hija de brasileña y de Búlgaro. En los años de 1964, siendo una joven estudiante se incorporó a un movimiento guerrillero que iba contra de la dictadura militar implementada en Brasil. Fue apresada y torturada en los años de 1970 y después de varios años de encierro en una cárcel militar, finalmente quedo en libertad. Al término de sus estudios profesionales como Economista, ingresó al Partido Democrático Laborista, luego al Partido del Trabajo y finalmente llegó a la Presidencia del Brasil, periodo que terminó precisamente por un impeachment o  golpe de estado provocado por el Poder Legislativo, pero principalmente por dos actores Eduardo Cunha y Miguel Temer, mismo que se ha visto en la actualidad con serios problemas de gobernanza y desviación de enormes recursos económicos.

Llama la atención su biografía, principalmente porque de la prisión pasó, tiempo después, a ser la titular del poder Ejecutivo Brasileño.

Desde luego que no hay similitud entre México y Brasil, allá de la guerrilla se pasó  a la Presidencia y aquí, en la República Mexicana, quisiéramos que de la Presidencia de la República pasaran a prisión los muchos saqueadores de la nación.

Llama la atención la vida de esta mujer porque no ha cejado un solo momento en mantener y defender  los derechos principalmente de los más desfavorecidos. Se ha enfrentado a una serie de canalladas producto definitivamente del acoso capitalista que ha retomado el poder en gran parte de los estado americanos del Sur, tal vez con la excepción de Cuba, Venezuela, Bolivia.

En México, muchos de los gobernantes en los estados que conjugan nuestra Nación, han dejado no solamente vacías las arcas sino endeudado miserablemente a los Estados. En los últimos años son varios los gobernadores que hicieron tropelías con los recursos económicos, gastando suntuosas sumas por doquier de la República bananera que tenemos,  haciéndose propaganda para la “grande” cuando aun no terminan ni tan siquiera la mitad de su ejercicio político. 

Prefieren hacer giras aéreas, seguramente porque desde arriba, no se alcanzan a ver las polvaredas en los rústicos caminos vecinales ni la pobreza de las comunidades. Viajan con cuerpos de seguridad, mismos que no permiten que la gente se les acerque, o tal vez se protegen para no oler los sudores del campo.

Afortunadamente algunos viajeros internacionales de los que estamos hablando, después de hacer sus fechorías, han sido tomados prisioneros, pero no por los órganos oficiales de nuestro país, sino por gobiernos norteños extranjeros.

Son poco más de una docena los ilustres ex gobernadores que mal sabor de boca dejaron en sus estados y seguramente que la lista, se incrementará apoco a poco.

Desde luego que no contamos a esos personajes históricos que tuvieron el gran honor de despachar en el hermoso Palacio de Gobierno, localizado a un costado de la Hermosa catedral metropolitana, eran tiempos en los que podía uno encontrarse con ellos en la calle, sin el temor de que les silbaran.

Pero vayan algunos nombres de los indeseables: Javier Duarte, Yarrington Tomás, Cesar Duarte, Borge Roberto, Miguel Alemán (padre) que fue también presidente de México. 

 

En fin, México se distingue en todo el mundo, porque los grandes ricos no se han acabado todavía…el país.