- Hipólito Contreras
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Hipólito Contreras
De acuerdo al padrón electoral que tiene el Instituto Federal Electoral, suman 77 millones de ciudadanos en el país los que tienen credencial de elector, son los que podrán acudir a la urnas el próximo uno de julio para decidir el cambio de presidente de la república, de senadores y diputados.
Por supuesto, no van acudir los 77 millones de ciudadanos, en la elección de hace seis años acudieron a votar el 51 por ciento de los electores, el 49 por ciento se abstuvo. Si en la elección del uno de julio se repite el mismo proceso votarán poco más de 38.5 millones de ciudadanos, una minoría estaría decidiendo el destino de 115 millones de mexicanos.
Pero suponiendo que este fuera el porcentaje de votación, dada la pérdida de credibilidad en los partidos políticos, y suponiendo también que se respetara la voluntad de los ciudadanos, ¿ a qué fuerza política entregarían el poder del país? Las opciones son tres, pero las tres se proponen continuar con el modelo de libre mercado, nadie propone un nuevo modelo económico y político, los tres dicen que se proponen construir un mejor país, con justicia, paz y desarrollo para todos, pero no rompen con el modelo.
Para las tres fuerzas políticas son respetables los monopolios nacionales e internacionales que controlan las comunicaciones, los mercados, las industrias, los bancos, la salud, la educación, los productos agropecuarios y su comercialización, etc.
Las tres fuerzas políticas están de acuerdo en que el Estado sólo gobierne y que los particulares controlen el mercado, el Estado sólo se reserva dos empresas, (PEMEX y la CFE) pero cada vez con más capital privado, todo los demás se lo deja las empresas.
El candidato de las llamadas izquierdas, Andrés Manuel López, ofrece una plataforma con una serie de políticas sociales y económicas, más atención a los grupos débiles y marginados, más atención al campo, educación, salud, tercera edad, etc., pero no rompe con el modelo. Si gana la elección los monopolios televisivos y radiofónicos continuarán, los monopolios del transporte, educación, alimentos procesados, insumos, industria farmacéutica, automotriz, etc.,continuarán, nada cambiará.
Del PRI y el PAN no se espera cambio alguno, el primero pese a que es más congruente por haber nacido de las cenizas de un proceso revolucionario, creador de leyes e instituciones que beneficiaron al país y a muchos millones de mexicanos, como el Seguro Social y el INFONAVIT, sus dirigentes a partir de 1982 lo entregaron a la derecha y se volvió un partido de derecha, defensor de los principios neoliberales.
El PAN, bueno, es el defensor a ultranza del neoliberalismo, del modelo económico de libre mercado, si su candidata gana, simplemente seguirá la misma línea, pero ahora con más fuerza.
Entonces si las tres fuerzas políticas que se disputan, con sus matices diferentes, pero coincidentes con el mismo modelo ¿ por cuál opción se irán los ciudadanos que vayan a las urnas el uno de julio?
Parece que hoy en pleno siglo XXI los mexicanos estamos atrapados en un modelo que se ha metido en la mentes de los ciudadanos. Existen muchos millones encantados por el canto de las sirenas, parecen dormidos, dominados a control remoto, existen muchos millones de ciudadanos atrapados por la magia de la televisión y por las modas tecnológicas, no quieren o no pueden salir de ahí, el país se les cae encima pero ellos siguen maravillados por el futbol, el internet, la telenovelas y la basura televisiva.
En el campo los auténticos líderes se acabaron o existen muy pocos, también ellos fueron atrapados por el deseo de dominio y riqueza, ellos no están dispuestos a perder privilegios, ellos no tienen los tamaños de los próceres revolucionarios ni independentistas, a ellos les gusta vivir los mejor posible, no son líderes pobres, son pobres líderes, ellos no son capaces de impulsar las grandes trasformación es del país, ellos son buenos oradores, buenos políticos, buenos negociadores, pero ahí se quedan.
Pocos de ellos plantean las transformaciones que requiere el mundo agropecuario, forestal y ambiental, los cambios educativos para impulsar la producción hasta alcanzar la autosuficiencia alimentaria, ofrecer alimentos sanos, producidos en México y al alcance de todos, para lograr esto se requieren cambios de fondo, las tres fuerzas políticas no plantean cambios profundos, cualquiera que gane la elección será continuador del modelo.
Las elecciones en México son como las de Estados Unidos, allá sólo hay dos fuerzas políticas, el partido republicano y el demócrata, pero los dos son defensores del mismo modelo, de las mismas políticas expansionistas del imperio.
Sin embargo, y pese a que las tres fuerzas políticas que se disputan el poder en México defienden el modelo de libre mercado, debe existir una que propone mejores cosas, políticas de mayor alcance, proyectos de largo plazo, políticas de protección del medio ambiente, mejores políticas educativas, de salud, mejores políticas laborales, mejores proyectos al campo, al sector indígena, al sector agropecuario, de vivienda, justicia, etc.
Es con esta corriente política con la que los ciudadanos del país deben de identificarse el próximo uno de julio, por lo menos ofrecerá un modelo más justo, con mayores posibilidades de bienestar y justicia.
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