Hipólito Contreras

El arzobispo de  Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, afirma que en sus recorridos por el estado observa marginación en  comunidades de la  Sierra  Norte,  Sierra  Negra y la Mixteca, en esas zonas dice, hace falta trabajo, servicios, caminos, salud, se necesita todo.

Puebla capital y su zona metropolitana concentra quizá el cincuenta por ciento o más de la población, por lo mismo capta  más recursos para  infraestructura  diversa, lo que a su vez genera  empleos y  con ello movimiento económico, por eso es que las cosas  aquí son un tanto diferentes.  El sector privado realiza  inversiones  en sectores y genera empleos.

Un sector importante de la población urbana desempleada se refugia en la economía informal y de  ahí  obtiene sustento, vende porque aquí está  una parte importante de la población, bien o mal, pero  va resolviendo sus problemas de manutención.

Esto no sucede en el medio rural, aquí no hay  inversión del sector privado, las únicas fuente de trabajo son  las obras de  gobierno  y no siempre, porque las empresas asignadas llevan su propio personal. La economía rural es más complicada, por eso  la salida de mano de obra a las ciudades y el extranjero. En las comunidades no hay trabajo.

 

La marginación y la pobreza son una constante en  las zonas rurales del estado y del país. La planeación estatal no enfoca sus baterías a ese amplio sector de la población, los programas se quedan en la asistencia, en la entrega de algunos recursos, en la construcción de obra pública, de caminos, que por sí solos  no han sacado de la pobreza y marginación  a la población rural.

El modelo económico actual no incluye a las zonas rurales, todos los proyectos y programas están dirigidos a las grandes ciudades y Puebla capital no es la excepción,.

La ciudad de Puebla se ha convertido en una devoradora  de recursos, consumidora en exceso de todo, sobre todo de agua, una ciudad  que agota y daña los recursos naturales.

No es que el gobierno se olvide de las zonas rurales, las atiende, les lleva obra  pública, escuelas, hospitales, caminos, etc., pero no son su prioridad, su prioridad  es la capital y las ciudades satélite, aquí concentra la mayor parte de los recursos, los particulares también.

No existe una política integral que considere o defina a las zonas rurales como las  productoras de alimentos   y las que contienen la riqueza natural que hay que proteger para hacer posible la vida en las ciudades.

No existe una política que estimule la permanencia  de la población en las comunidades, de modo que se evite que emigren por esta razón se requieren

más inversiones, empleos, vigilancia de los recursos, seguridad, desayunos escolares, apoyo  a los jóvenes, las mujeres, más infraestructura, programas de protección de los recursos naturales,  proyectos productivos, deporte, cultura, convivencia, más atención al sector rural


El modelo necesita cambiar para que la pobreza y la marginación termine en las  zonas rurales, el modelo  vigente no las protege, las aniquila, el modelo es sólo extractor de recursos, no protector de  los mismos.