coespoPuebla, Pue..- La Secretaría General de Gobierno (SGG), a través del Consejo Estatal de Población y Vivienda del Estado de Puebla (Coespo), conmemorará este lunes 31 de octubre el nacimiento del habitante número siete mil millones en el mundo, de acuerdo con la proyección realizada por el Fondo de Población para las Naciones Unidas (UNFPA). Dentro de otros trece años, esta cifra se incrementará a 8 mil millones de habitantes.

 

El informe presentado por el UNFPA menciona que diversos países, entre ellos México, enfrentan diversos problemas demográficos, pero también resalta que en la creciente población joven se encuentra la posibilidad de mejorar esta situación y renovar el compromiso de trabajar individual y colectivamente por un mundo mejor.

La realidad poblacional en el mundo representa un gran reto para la distribución adecuada y sostenible de los recursos materiales y naturales.

En este contexto, la Secretaría General de Gobierno hace un llamado a la conciencia y la corresponsabilidad entre el gobierno y la ciudadanía, con el fin de mitigar las presiones que representa un crecimiento demográfico sin control.

El objetivo es hacer de Puebla el Estado de la Paz, en el que se brinde una mejor calidad de vida para actuales y futuras generaciones.

Con motivo del día en el que la población mundial alcanzará la cifra de 7 mil millones de personas, el Consejo Estatal de Población presenta la siguiente información:

El año 2010 terminó con una cifra de habitantes sobre la superficie terrestre que duplica las que se registraban hace sólo 50 años. Este 31 de octubre de 2011 la cifra superará los 7.000 millones.

De acuerdo a proyecciones de la División de Población de Naciones Unidas, este 31 de octubre alcanzaremos el hito de 7 mil millones de personas en el mundo, lo anterior, acompañado de éxitos, reveses y paradojas.

Estado de la Población Mundial: Si bien, en promedio, las mujeres tienen menos cantidad de hijos que en los 60´s, las cantidades de seres humanos siguen aumentando. A escala mundial, las personas son más jóvenes – y más ancianas – que nunca antes. En algunos de los países más pobres, las altas de fecundidad perturban el desarrollo y perpetúan la pobreza, mientras que algunos de los países más ricos, las bajas tasas de fecundidad y la escasa cantidad de personas que ingresan en el mercado laboral suscitan inquietud acerca de las perspectivas de crecimiento económico sostenido y la viabilidad de los sistemas de seguridad social.

Mientras la escasez de mano de obra amenaza con asfixiar las economías de algunos países industrializados, los desempleados en países en desarrollo que tratan de emigrar tropiezan con mayor cantidad de fronteras nacionales cerradas para ellos y para los conocimientos especializados que tal vez puedan ofrecer. Y mientras se está avanzando en cuanto a reducir la extrema pobreza, casi en todas partes se están ampliando las brechas entre ricos y pobres.

En muchos países, tanto desarrollados como en desarrollo, las y los jóvenes en procura de trabajo migran del campo a la ciudad o a otros países donde hay mejores perspectivas de empleo, y a menudo dejan tras de sí a familiares ancianos, a veces carentes del apoyo que necesitan en sus vidas cotidianas. En algunos de los países más ricos, las menores cantidades de jóvenes inspiran incertidumbre acerca de quién cuidará a las y los ancianos en el futuro y quién sufragará las prestaciones que reciben las personas de edad.

A pesar de lo que se pueda pensar, es mucho lo que cabe celebrar en las tendencias de la población mundial.

A lo largo de los últimos 60 años, celebramos especialmente la esperanza media de vida, que aumentó desde unos 48 años a principios del decenio de 1950 hasta aproximadamente 68 en el primer decenio del nuevo siglo. La cantidad de defunciones lactantes disminuyó pronunciadamente, desde 133 por cada 1.000 alumbramientos en el decenio de 1950 hasta 46 por 1.000 en el periodo 2005-2010.

Las campañas de inmunización redujeron la prevalencia de las enfermedades infantiles en todo el mundo. Además, la fecundidad, el número de hijos que se prevé tendrá una mujer en su etapa de procreación, disminuyó en más de la mitad, desde aproximadamente 6,0 hasta 2,5, en parte debido al crecimiento económico y al desarrollo de los países, pero también gracia a una compleja combinación de fuerzas sociales y culturales y al mayor acceso de las mujeres a la educación, las oportunidades de obtener ingresos y la atención de la salud sexual y reproductiva, inclusive a los métodos modernos de planificación de la familia

La actual magnitud sin precedentes de la población puede considerarse desde muchos puntos de vista como un éxito de la humanidad. Pero no todos se han beneficiado con este adelante, ni con la mejor calidad de vida que entraña.

Persisten las grandes disparidades entre distintos países y dentro de un mismo país. También persisten las disparidades en cuanto a los derechos y oportunidades de que disponen los hombres y las mujeres, las niñas y los niños varones. Hoy es más importante que nunca trazar un sendero de desarrollo que promueva la igualdad, en lugar de exacerbar o reforzar las desigualdades.