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Alberto Jiménez Merino, Secretario de Seguridad Alimentaria de la Confederación Nacional Campesina ( CNC), explica que el desmedido incremento del precio de los alimentos a nivel mundial derivado de su escasez, provocó un aumento del 35% de la pobreza alimentaria en México. Ahora 28 de los 52 millones de pobres, tienen problemas para alimentarse.
El Día Mundial de la Alimentación, instituido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricu ltura y la Alimentación FAO, nos encuentra con más millones de mexicanos en pobreza alimentaria y con más de la mitad de nuestras necesidades alimentarias cubiertas con importaciones, cuando el dólar se encuentra a la alza y nuestros migrantes regresan en mayor número ante la falta de empleo en Estados Unidos.
En medio de intensas sequías en el Centro-Norte del país, con huracanes en las Costas, heladas en el Centro y diversas inundaciones, así como un estimado de producción de maíz y frijol a la baja en 2011 y con una propuesta de presupuesto del Ejecutivo Federal con 34,000 millones de pesos menos para 2012, el panorama es muy incierto.
Millones de mexicanos no van a tener cosecha. En Durango se estima obtener sólo cerca del 10% del frijol y en Chihuahua la muerte de ganado es elevada. En el centro del país la helada del 9 de septiembre afectó a más de 500 mil has de pequeños productores de granos básicos.
Hemos perdido el rumbo y olvidado la planeación, hemos privilegiado los programas asistenciales, de carácter electorero que lejos de ayudar a las personas sólo restan su capacidad creativa y los vuelven dependientes de apoyos cada vez más difíciles de otorgar ante las crecientes necesidades nacionales.
Hay un gran menosprecio por el desarrollo de capacidades y la agricultura de autoconsumo, por la agricultura familiar que por siglos ha sido el sustento de millones de familias en el mundo. Las necesidades básicas de los más pobres, no forman parte de los contenidos educativos que hoy se imparten a 33 millones de niños y jóvenes.
Nadie puede pensar en la riqueza, en la grandeza, en tener una vida digna, si no tiene acceso a una alimentación digna. La seguridad alimentaria se logra cuando se produce al menos el 75% de lo que se necesita. Hay dos vertientes; una asegurar el abasto a los mercados para quienes tienen capacidad adquisitiva y por otro lado, apoyar que tengan alimentos quienes no tienen forma de comprarlos. Esto se logra con la autoproducción.
Hoy no estamos produciendo y no ayudamos a la gente a hacer ni siquiera aquello que ellos podrían hacer por si solos. No damos ni la orientación indispensable para resolver lo que está al alcance de las personas.
Por eso, es necesario generar modelos alternativos que faciliten pasar de manera rápida a la autoproducción para lograr la seguridad alimentaria, con el apoyo de huertos y granjas familiares tecnificados que sin duda contribuyen significativamente este propósito. Sin olvidar claro está, el apoyo a la agricultura, ganadería y acuacultura por contrato que asegure el abasto en los mercados para promover la sustitución de importaciones y fortalecer la producción nacional.
Experiencias desarrolladas en Puebla, demuestran que la producción de alimentos en pequeños espacios tecnificados, tanto en zonas rurales, como urbanas, permite que la población tenga al menos una parte de los alimentos que necesita y representa ahorros importantes entre 6000 y 8000 pesos por familia en la compra de alimentos, pero además contribuye a que las familias se integren en actividades productivas, además de ser una terapia ocupacional importante en tiempos de desanimo y depresión; alimenta y abre expectativas de desarrollo para las personas.
En esta entidad se implementó el programa de Seguridad Alimentaria mediante la autoproducción de alimentos, apoyando a las familias con insumos, equipo e infraestructura para tecnificar el traspatio, además de establecer un ambicioso programa de capacitación y acompañamiento técnico que ha permitido identificar y aprovechar los recursos naturales, las opciones alimenticias, las mejoras productivas en los patios para generar alimentos e ingresos en el medio rural y urbano, lo que permitió atender en los últimos 6 años a más de 60 mil familias en 952 comunidades de 193 municipios, con cuyas experiencias hoy en el día mundial de alimentación ponemos a disposición.
El Manual Básico para la Seguridad Alimentaria Familiar, que describe principalmente la importancia del desarrollo de capacidades, los servicios técnicos indispensables, el aprovechamiento del agua como la base fundamental del desarrollo económico, los modelos productivos que han demostrado ser exitosos y finalmente describe testimonios de familias y grupos de productores que han trabajado este esquema.
Se destaca los diversos modelos de producción de hortalizas, carne y huevo, producción de conejos y acuacultura familiar, como las más viables posibilidades de producción en zonas urbanas y rurales
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