Fernando Manzanilla Prieto, Secretario General de gobierno, durante la ceremonia en la que se colocó la primera piedra de la Academia Nacional de formación Policial Puebla-Iniciativa Mérida, dijo que actualmente, la inseguridad pública amenaza el bienestar, la tranquilidad y el futuro de nuestras familias y se convierte en un desafío para la convivencia pacífica de los ciudadanos.

Comentó que la falta de seguridad afecta todos los ámbitos de desarrollo de las personas: su trabajo, su economía, su tiempo libre y, en general, su calidad de vida, y en este contexto, no se trata de mirar al pasado para encontrar culpables de los males presentes, o de buscar entre nosotros culpabilidades recíprocas.

“Todos somos responsables del problema, pero también, todos somos la solución”, por eso, apuntó, es importante reconocer que la forma tradicional de combatir la inseguridad ha sido insuficiente, por lo que debemos actuar de manera coordinada y efectiva.

Con una visión clara del problema, hemos desarrollado una estrategia integral que coordina esfuerzos entre el Gobierno Federal y el Gobierno del Estado. Así como entre los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial locales, con pleno respeto a su autonomía y ámbitos de competencia.

Como parte de esa estrategia integral, el día de hoy colocaremos la primera piedra para la construcción de La Academia Nacional de Formación y Desarrollo Policial Puebla-Iniciativa Mérida, que recibirá el apelativo “General Ignacio Zaragoza”.

Su principal objetivo es elevar el nivel y la capacitación de los elementos de los diversos cuerpos de seguridad pública del país: policías estatales, municipales, ministeriales, peritos y personal penitenciario.

La realización de este ambicioso proyecto fue posible gracias al apoyo del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la Secretaría de Relaciones Exteriores y el Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica.

Con la puesta en marcha de la Academia Nacional “General Ignacio Zaragoza” se lograrán los siguientes propósitos.

Primero: impartir adiestramiento calificado con instructores nacionales y extranjeros certificados, con alto nivel de excelencia.

Segundo: consolidar los programas de reclutamiento básico y la capacitación para la investigación criminal.

Tercero: fortalecer las unidades especializadas contra la delincuencia organizada.

Y cuarto: implementar procesos certificados y acreditados por el Consejo Nacional de Seguridad Pública, el Sistema Nacional de Seguridad Pública y la Secretaría de Seguridad Pública Federal.