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-Con diagnóstico oportuno, hasta 70 por ciento de los pacientes pueden alcanzar una curación total
El cáncer infantil se ha convertido en la segunda causa de muerte en México, donde cada año se diagnostican a nivel nacional a 7 mil 200 menores de edad.
Los tumores más frecuentes entre la población infantil son: leucemia --representa casi la mitad--, tumores cerebrales --entre 18 y 20 por ciento--; cáncer de ganglios linfáticos o linfomas --15 al 18 por ciento--; en riñón, abdomen y gónadas --ovarios y testículos--; osteosarcoma --afecta huesos-- y retinoblastoma --en el ojo--.
El doctor Hugo Rivera Márquez, jefe de Oncología del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), agregó que la mayoría de estos males se desarrolla por condiciones multifactoriales y los menos se deben a causas hereditarias y genéticas.
Comúnmente se considera al cáncer como una enfermedad crónico-degenerativa que sólo afecta a adultos, pero los niños más pequeños, incluso los recién nacidos, pueden padecerlo.
Un diagnóstico oportuno es fundamental para el pronóstico de los pacientes, ya que el tratamiento adecuado puede salvar a más del 70 por ciento de los menores, con curación total y absoluta, destacó el especialista del IMSS.
Dijo que como parte del sistema del Seguro Social, cualquier médico que sospeche o detecte un paciente con cáncer, puede enviarlo directamente a un centro especializado del organismo, que cuenta con toda la infraestructura para el diagnóstico, tratamiento y reintegración, tanto del infante como de sus padres, a la vida habitual.
El IMSS ofrece un tratamiento mutidisciplinario con médicos de diversas especialidades: oncólogos pediatras, cirujanos, patólogos, especialistas en salud mental, medicina nuclear, radioterapeutas, ortopedistas y oftalmólogos.
El especialista recomendó a los padres de familia poner atención en síntomas que registren sus hijos como: fiebre prolongada, inflamación en el abdomen, palidez, pérdida de energía y de peso en forma rápida, así como dolores de cabeza persistentes. También se puede presentar sangrado, pérdida del equilibrio, cambio repentino en el comportamiento del niño y disminución o pérdida de la vista.
El doctor Hugo Rivera Márquez enfatizó que es necesario abandonar el hábito de la automedicación y ante cualquier molestia persistente, recomendó acudir a consulta médica, para evitar que la enfermedad evolucione a tal grado, que resulte muy difícil rehabilitar al paciente.
Además de los tratamientos y la atención que brindan los especialistas del Seguro Social, el Instituto ofrece a los padres orientación alimenticia por parte de nutriólogos del programa PrevenIMSS, para ayudar a fortalecer las defensas del menor y, así, evitar en la medida de lo posible los malestares ocasionados por la misma enfermedad.
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