- Hipólito Contreras
- Categoría: MUNICIPIO
Las fuerzas indígenas en el siglo XXI han reclamado el derecho a la vida digna y bienestar social, a ser protagonistas y no espectadores de los objetivos nacionales, a ser incluidos en el reparto equitativo de beneficios de los magnos proyectos, participar en elecciones para ocupar cargos políticos de manera proporcional, afirmó Patricia Olamendi Torres, directora equidad y género del Instituto Nacional Indigenista. Opinó que en México se requiere igualdad de oportunidades como mexicanos, pero al mismo tiempo, dijo,
el derecho a ser diferentes es un principio ineludible, por ello es una necesidad urgente e inaplazable construir instrumentos de planeación diferenciados y con pertinencia cultural con el objetivo de alcanzara esa igualdad referida, acorde a las condiciones modernas que plantea el proceso histórico.Afirmó que la nueva política para la acción indígena deberá ser concebida la interculturalidad entre todos los pueblos originarios, en donde se requiere percibir el territorio bajo la tesis fundamental del indigenismo moderno en el que confluyan las fuerzas productivas, sociales, culturales y políticas, en donde concluya sus sistemas productivos propios, fundamenten la técnica y la dirección de desarrollo en donde se escuchen ese vasto sector indígena, dejar la vieja práctica indigenista del tutelaje, asistencialismo y sujetos de atención vulnerable, se seguirá siendo extranjero en nuestra propia tierra, siendo sujetos de abusos de quienes más poseen y alejados de los beneficios y del desarrollo nacional.
En la visión del México incluyente es necesario un diagnóstico de la situación étnica del presente, que explique los procesos históricos, productivos, la situación política, las capacidades productivas y recursos naturales, materiales y humanos de los pueblos indígenas, señaló.
Expuso que se requiere un plan nacional de desarrollo que derive en una sociedad en armonía con respeto a las diferencias y la justa distribución de riqueza con justicia plena, con bienestar social para todos, que permita la nueva relación con los pueblos originarios, considerando identidades, un proyecto nacional de interculturalización de todos los niveles y sistema educativos, hacia la construcción de una sociedad multicultural y multilingüe, la nueva relación de gobierno y pueblos indígenas sea de respeto, diálogo y acuerdos.
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