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- Categoría: AGRARIAS
El apoyo se da principalmente en comunidades del sector rural de zonas de alta marginación, con un enfoque basado en el cuidado y aprovechamiento de los recursos, capacitación y asistencia técnica.
Reconoció el grado de compromiso del Gobierno Mexicano por delinear políticas públicas a favor de los pequeños y medianos productores y que la operación desde el 2007 del PESA se inscriba como un programa formal con metas y presupuesto propio, lo que significó su apropiación del concepto que revolucionó las expectativas de la propia FAO.
Detalló que este programa registra un proceso de posicionamiento en los países participantes, que va de los cinco a los siete años y requiere del compromiso político de los gobiernos y los propios productores, toda vez que no se trata de un programa asistencial sino de uno que contribuye a desarrollar buenas prácticas agrícolas y la sustentabilidad de los recursos naturales.
Expuso a los presentes el beneficio de hacer alianzas con otros actores de los sectores público, privado y social, a fin de unir experiencias y capacidades. El PESA es una respuesta tangible al fortalecimiento de la seguridad alimentaria, por lo que se trabaja para concretar un Programa de Colaboración en Latinoamérica con estos alcances, refirió.
De igual forma, los representantes de agricultura de Honduras, Perú y Guatemala reconocieron los avances de México en la aplicación del PESA e indicaron que buscarán la cooperación y asesoramiento de México para reforzar su aplicación e impacto en sus comunidades rurales.
El Subsecretario de Desarrollo Rural de la SAGARPA, Ignacio Rivera Rodríguez, explicó que este año el PESA se desarrolla en 22 estados de la República Mexicana, opera como un Componente con Reglas de Operación y cuenta con un presupuesto en 2012 de 216 millones de dólares.
Señaló que este esquema de trabajo redujo el uso de agua en zonas marginadas de producción agrícola (que representan el 72 por ciento de las unidades de producción con menos de cinco hectáreas), al poner en marcha acciones y obras de captación de lluvia para incrementar el rendimiento en la producción por metro cúbico.
Afirmó que el reto de aumentar la productividad en el campo no está asociado a la entrega de mayores recursos, sino a la redirección de acciones para incrementar bienes públicos que apoyen a los productores en materia de desarrollo de capacidades y extensionismo rural, esto es, fortalecer el capital humano y desarrollo tecnológico.
Por su parte, el Coordinador General de Asuntos Internacionales de la SAGARPA, Kenneth Smith Ramos, hizo un recuento de los acuerdos en materia agrícola en el marco de los trabajos de México en la presidencia del G20, donde se definió que el tema de seguridad alimentaria ocupa una prioridad en la agenda mundial.
Además, apuntó, se elaboran esquemas de trabajo en los que se suma las particiones de empresarios agroindustriales, a través del B20, para mejorar los esquemas de colaboración para la transferencia de tecnologías a nivel global e incentivar el manejo de presupuestos públicos para el sector.
Comentó que la Reunión de Científicos e Investigadores integrantes del G20 fue de gran alcance, por lo que tienen planes de instituirla de manera permanente, lo cual les permitirá avanzar en los acuerdos de colaboración y acceso a bancos de germoplasma.
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