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- Categoría: AGRARIAS
En México, dos mil 408 municipios producen granos y oleaginosas, pero son 375 los que cuentan con almacenes. Son los mismos municipios que cosechan 68.9% del total de estos granos. Es en Tamaulipas donde la concentración de almacenes es mayor: 237 en 40 municipios, le siguen Sinaloa con 229 centros en 18 municipios. En tercer lugar está Jalisco, con 205 centros y el cuarto lugar lo tiene Guanajuato, entidad que aloja a 179 centros. En el otro extremo, Quintana Roo no registra, aunque tiene nueve municipios de producción; mientras que Baja California Sur y el Distrito Federal tienen dos centros, respectivamente.
Por capacidad, Sinaloa es el primer lugar: almacena seis millones 342 mil toneladas, que incluso rebasa su producción de granos y oleaginosas. Tamaulipas, la segunda entidad en capacidad, puede albergar cuatro millones 646 mil toneladas, con excedente de 45.7% sobre su producción.
En total, son 16 entidades federativas las que cuentan con capacidad de almacenamiento mayor a la de su producción: Tamaulipas, Sinaloa, Sonora, Baja California, Chihuahua, Durango, Jalisco, Yucatán, Zacatecas, Nuevo león, Querétaro, Coahuila, Distrito Federal, Aguascalientes y Tlaxcala. Las de menor capacidad de resguardo frente a su producción son Guerrero, Chiapas, Michoacán, Veracruz, Oaxaca, Estado de México, Hidalgo, Campeche, Guanajuato, Nayarit, Puebla, San Luis Potosí, Tabasco, Morelos, Baja California Sur y Colima.
La divergencia entre tamaño de almacenamiento y producción local se vincula con el hecho de que los almacenes también albergan volúmenes provenientes de otra entidad o del extranjero. De la misma manera, en los casos donde hay producción de autoconsumo, el grano cosechado es almacenado en las propias unidades productivas.
El almacenamiento de granos es un tema estratégico para la seguridad alimentaria de México. Contar con una infraestructura distribuida territorialmente con base en la lógica de la producción, la distribución y el consumo permite conservar y hacer llegar oportunamente los alimentos a la población. En términos operativos, la infraestructura para el almacenamiento de cereales y oleaginosas concentra grandes volúmenes para su posterior transporte, control y manejo de inventarios; asimismo, se realizan actividades de secado, acondicionado, limpieza, empacado y etiquetado de los productos.
Durante el periodo 2005-2011 la producción promedio de granos y oleaginosas por año agrícola fue de 33.9 millones de toneladas: si ese volumen se pusiera en tolvas jumbo graneleras, con capacidad de transportar 100 toneladas, el tren resultante tendría una longitud equivalente a la distancia entre el puerto de Veracruz y Lisboa, la capital de Portugal, al otro lado del Océano Atlántico.
Un estudio realizado por la Agencia de Servicios a la Comercialización y Desarrollo de Mercados Agropecuarios (ASERCA) señala un universo de mil 966 establecimientos de almacenamiento registrados (55% del total) en el cual es posible almacenar 89% de la producción. El almacenamiento se concentra en los estados del bajío y norte del país, mientras que en los estados del centro y del sureste el resguardo es poco significativo.
Cuatro de cada cinco centros de almacenamiento registrados (79.1%) disponen de al menos una nave (construcción con techo de concreto o metal), una de cada tres (32.2%) de silos (estructuras cilíndricas hechas con placas de metal) y 34.2% cuenta con unidades de almacenamiento a la intemperie.
Los centros de almacenamiento registrados cuentan en total con cinco mil 903 espacios para el resguardo de granos; de éstos, tres de cada cinco son silos, una de cada cuatro son naves y el resto unidades a la intemperie. Si se considera la mayor capacidad de resguardo, las naves cuentan con 52% del total, los silos 30.9% y las unidades a la intemperie son las que menos espacio ofrecen, con 16.9%.
La capacidad de almacenamiento de los centros bajo techo es de 83.1% del total de la infraestructura, es decir, podría resguardar hasta 24 millones 926 mil 254 toneladas.
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