La presa de Valsequillo, cuerpo de agua más grande de Puebla, construida en la década de 1990, fue declarada en la Convención Internacional de Humedales de Importancia Internacional (Convención Ramsar), como uno de los humedales más importantes del país, indicó Jajean Rose, voluntario de Peace Corps en la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) Puebla.

Dijo que la importancia de los humedales radica en que son fábricas de agua, protegen a la población de los huracanes, brindan una inmejorable protección del cambio climático, además de ser un almacén de carbono y dar cobijo a un sinnúmero de especies de flora y fauna.

Gracias a su ubicación en la Sierra Madre del Sur y en un eje volcánico, “Valsequillo presenta una alta biodiversidad con 239 especies de aves, 23 de reptiles y 15 de mamíferos”.

Otras de sus características, riega 21 mil hectáreas de terrenos agrícolas, al tiempo que se desarrollan en ella actividades de pesca, recreación y turismo. Asimismo comprende una historia natural y cultural, porque cerca de la presa se han encontrado fósiles de fauna extinta como el mamut.

Sin embargo, presenta varias problemáticas a resolver para mantener su conservación, tal es el caso del desarrollo urbano en su cuenca y una alta concentración de desechos sanitarios e industriales sin tratamiento.

Así como un manejo inadecuado de los lirios acuáticos, los cuales abarcan el 60 por ciento de su territorio; éstos incrementan la evaporación del agua, pero también son un biofiltro natural, “si se quitan bajaría la calidad del hídrico y desaparecerían las especies endémicas de aves”.

Jajean Rose expuso que la Convención Ramsar es un tratado intergubernamental que promueve la conservación y el uso racional de los humedales. Se firmó en Ramsar, Irán, en 1991. Uno de sus criterios expresa que para considerar a un lugar como sitio Ramsar es necesario tener alguno de los nueve puntos que contempla, entre ellos, tener especies únicas o en peligro de extinción.

México ha incorporado 138 sitios que cubren un territorio superior a las nueve millones 300 mil hectáreas que abarcan manglares, arrecifes, cenotes y oasis, los cuales son hábitat de gran diversidad de especies de fauna y flora representativa del país.

A pesar de que están suscritos al tratado 160 países, se han perdido en el mundo el 50 por ciento de los humedales y un 36 por ciento de los que se encuentran en México, lamentó.