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- Categoría: AGRARIAS
• Es preferible rehabilitar el Complejo Lechero de Tizayuca, que construir uno nuevo, afirman productores de esa industria
• La producción de leche se redujo en 200 mil litros por día.
El próximo Presidente de la República y los nuevos legisladores del Congreso de la Unión serán informados detalladamente sobre el camino a seguir en cuanto a la propuesta de una política de desarrollo de la producción, industrialización y comercialización de leche y sus derivados, frente a la competencia desleal que practica actualmente el gobierno, de comprar leche en el exterior a precios de “dumping” (por debajo de sus costos reales) cuando los productores mexicanos mantienen precios castigados y la mayor parte de las ganancias se las llevan los grandes industriales, expresó el presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Alvaro González Muñoz.
Es necesario que quienes tendrán la responsabilidad de crear y emitir leyes para proteger a la economía y a la sociedad nacional de los embates de la competencia internacional, conozcan a fondo la posición de los pequeños y medianos productores, que son la mayoría y con posibilidades de aumentar su producción y productividad, pero también los que en los últimos diez años se han visto disminuidos y a punto de desaparecer, por la falta de una política de apoyo gubernamental y las condiciones adversas de la naturaleza.
Queremos que tengan una mayor consciencia sobre la política de precios de leche fluida y sus derivados, tanto por parte de la industria privada a la que se entrega una buena parte del producto, y también al gobierno federal a través de LICONSA, para sus proyectos de beneficio social. En estas condiciones, dijo el dirigente de los lecheros en entrevista, el precio que se paga a precios rurales, es de 5.30 pesos por litro de leche, mientras que la industria la comercializa a 13 y 14 pesos, de manera que la mayor ganancia, sin riesgos, la capitaliza la industria.
De acuerdo con la experiencia de los últimos diez años, dijo González Muñoz, la industria privada mantiene una tendencia a querer desaparecer a los pequeños y medianos productores ganaderos. “Es lo que han hecho en el pasado por la vía del abaratamiento del costo del litro de leche hasta obligarlos a quebrar y desaparecer. Todo, con la anuencia del gobierno”, indicó.
MEJOR REHABILITAR EL PROYECTO TIZAYUCA, QUE UNO NUEVO
Un ejemplo de esta estrategia que “al alimón” realizaron el gobierno y la industria lechera para quebrar a los pequeños y medianos productores, es el Complejo Agroindustrial de Tizayuca, el cual se vio envuelto en una serie de transacciones que desembocaron en la venta a la industria de La Laguna (LaLa) primero la planta pasteurizadora y después el Centro de Distribución y la marca “Boreal”. Estas acciones, apuntó, mutilaron las posibilidades de que los productores pequeños y medianos pudiéramos integrarnos a la cadena de valor, añadió González Muñoz.
A su vez, el ingeniero Alfredo González, presidente del Complejo Agroindustrial de Tizayuca y presidente de la Asociación Ganadera Local de ese municipio del estado de Hidalgo, informó que este proyecto agroindustrial es posiblemente el más importante del país, inclusive reconocido internacionalmente. Está muy bien diseñado, sigue siendo vigente con instalaciones adecuadas y consideramos que lo único que tendría que modernizarse, serían las salas de ordeño, pero es todo un modelo de explotaciones lecheras.
En México la marca Boreal tenía una mayor demanda que las marcas de Alpura y LaLa. Había toda una posibilidad de que los productores no sólo de Tizayuca, sino inclusive se tenía el objetivo de regionalizar el proyecto, para beneficio de todos los productores más allá del área geográfica de Tizayuca.
En el proyecto agroindustrial de Tizayuca, en los mejores tiempos de producción y productividad, llegamos a generar 10 mil empleos directos e indirectos, y el derrame económico alcanzó una facturación de mil millones de pesos al año en la década de 1990, aunque hay que advertir que en esa misma década nos afectó la crisis de 1994, que fue muy dura y la crisis del 2003 al 2005, también muy complicada, al grado de que muchos no la han superado, lo que ha originado el cierre de muchos establos. Esta crisis tuvo un alto costo para los productores lecheros. Alrededor de 27 mil cabezas de ganado de ordeña y aproximadamente 12 mil becerras se producían al año. Estos eran los números de cabezas que se tenía en producción en la época de esplendor. Hoy hay 10 mil vacas menos y 5 mil becerras menos. La producción de leche se redujo en 200 mil litros de leche al día. Se producían diariamente 550 mil litros y actualmente se producen entre 300 mil y 350 mil litros diarios.
Aun así, señalaron ambos dirigentes ganaderos, estamos convencidos de que es preferible rehabilitar las actuales instalaciones del Complejo Lechero de Tizayuca, que construir uno nuevo. Si acaso será necesario modernizar las salas de ordeño y asegurar el abasto de alimentos balanceados.
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