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- Categoría: AGRARIAS
El suelo es resultado de los procesos de transformación de las rocas que conforman la masa superficial de la tierra; su profundidad es frecuentemente medida por la distancia a la que llegan las raíces de las plantas o bien por la zona que influye en el crecimiento de la vegetación y de la fauna relacionada.
Actualmente, México cultiva en 26 millones de hectáreas que representan 13% del territorio nacio nal, sin embargo, el suelo apto para esta actividad equivale a 64% de la superficie total, esto si tomamos en cuenta la composición orgánica del sustrato.
De acuerdo con la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), existen 25 tipos de suelos en todo el mundo: México posee 21 (si desea consultar la lista completa, pulse aquí); diez de ellos son los más representativos pues abarcan nueve de cada diez kilómetros cuadrados de nuestra superficie.
Los dominantes son regosol, litosol y xerosol que representan más de la mitad de los suelos en el territorio (52.1%). El regosol se extiende en poco más de la quinta parte de México (22.5%), es un sustrato delgado, útil para el pastoreo extensivo, la siembra de granos pequeños, remolacha azucarera y árboles frutales; se encuentra en cualquier tipo de clima y sobre topografía accidentada. El litosol es un suelo arcilloso que se extiende en 17.4% de la superficie nacional y en el que predomina la vegetación forestal aunque ocasionalmente se usa para el pastoreo y la agricultura de autosustentación. El xerosol es un sustrato propio de climas áridos con materia orgánica, con poco espacio para la agricultura o el pastoreo que se encuentra localizado sobre todo al norte de nuestro país; este suelo ha sido usado para la agricultura intensiva en las entidades más tecnificadas con muy buenos resultados.
Amplias zonas en el Noreste, Centro y Occidente del país tienen un sustrato adecuado para la agricultura, las cuales, combinadas con aquellas que tienen un mediano desempeño, ofrecen un panorama claro: dos terceras partes de la superficie nacional (un área equivalente al territorio de Sudáfrica o Colombia) tienen potencial para la agricultura.
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