Gema Sofía Aguilar López

La sobrexplotación de los recursos pesqueros es  preocupante, el océano no es una fuente inagotable como se llegó a creer, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), señala que más de la mitad de las 600 especies marítimas con valor comercial, han sido sobre explotadas.

La pesca marítima mundial se ha estancado desde hace más de 20 años en 18 millones de toneladas, además se prevé que ante el crecimiento poblacional, se incrementará la demanda de carne de pescado en los próximos 30 años, situación que se puede complicar más por el alto nivel de contaminación del mar y la sobre explotación de algunas especies.

Es indiscutible que la acuacultura es la única opción para satisfacer la demanda, tan sólo el 50% de los pescados que se comercializan en el mercado occidental se producen en granjas. Hoy en día en muchas comunidades rurales, esta actividad contribuye a la seguridad alimentaria, además de generar ingresos y fuentes de empleo.

En nuestra entidad durante los últimos 6 años, se dio un gran impulso a la acuacultura rural, de manera especial en la zona de la mixteca en donde mediante jaulas flotantes se incrementó hasta en 300 % la producción de bagre y tilapia. Cabe señalar que a pesar de de no contar con litorales somos el 3er lugar nacional en producción carne de pescado.

De manera especial destaca un exitoso proyecto en la comunidad de la Galarza, de Izúcar de Matamoros, en donde un grupo de mujeres encabezado por Sonia González, producen langosta australiana, una especie muy cotizada en los mercados nacional y extranjero, que además actualmente abastece crías para engorda a otras entidades de la república.

Si bien es cierto que la acuacultura es el sector productivo alimentario con mayor tasa de crecimiento anual de 7.5% y tiene una gran posibilidad de desarrollo, por su potencial para la producción de alimentos en el futuro, es importante impulsar innovaciones de desarrollo tecnológico, prácticas sostenibles y la diversificación de especies cultivadas.

Los gobiernos deben destinar mayores recursos para proyectos de acucultura, no sólo para mantener los niveles de producción, si no para detonar un sector productivo que en Puebla, tiene amplias posibilidades por la disponibilidad de cuerpos de agua susceptibles para la producción de especies piscícolas.

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