FAO2Roma/Nairobi - El número de personas que se enfrentan a una grave escasez de alimentos aumentará a medida que el impacto de la sequía, junto al alza de precios de los alimentos y el combustible, continúa atenazando la región del Cuerno de África, según alertó hoy la FAO.

Los elevados índices de desnutrición aguda se encuentran muy extendidos y más de 8 millones de personas en Djibouti, Etiopía, Kenya y Somalia necesitan ayuda de emergencia.

 

La región ha experimentado ahora dos temporadas consecutivas de lluvia muy por debajo de la pluviosidad media, con el resultado de pérdidas de producción agrícola, agotamiento de los pastizales y una elevada mortalidad del ganado.

Crisis crónica: "La crisis actual no es un evento inhabitual, sino más bien una característica crónica de la región. El desafío que tenemos por delante es dotar de medios a los agricultores y pastores para que se adapten a la nueva realidad de gran variabilidad del clima y una mayor frecuencia de eventos meteorológicos extremos", señaló Rod Charters, Coordinador regional de emergencias para África central y oriental de la FAO.

"Junto a nuestros asociados del Grupo de trabajo regional sobre seguridad alimentaria y nutrición, nos hemos estado preparando para este escenario de sequía desde que falló la temporada corta de lluvias del pasado año. La FAO lanzó diversas alertas y ha estado apoyando los planes de preparación de los países de la región", añadió Charters.

En Somalia las tasas de desnutrición figuran entre las más elevadas del mundo, con uno de cada cuatro niños en la zona meridional del país sufriendo desnutrición aguda. La sequía está afectando a la mayoría de las áreas del país, provocando la muerte del ganado y el alza descontrolado de los precios de los alimentos, lo que hace que las familias pobres tengan cada vez mayores dificultades para alimentarse.

En la actualidad, 2,5 millones de personas -uno de cada tres somalíes- necesitan ayuda humanitaria, pero con el actual conflicto en el sur del país, unido a las malas perspectivas para la próxima cosecha, muchos más somalíes se encontrarán en situación de grave crisis.

En Kenya, se calcula que más de 2,4 millones de personas en las áreas dedicadas al pastoreo y agro-pastoreo en el norte y noreste del país no podrán cubrir sus necesidades básicas de alimentos y agua. La situación de seguridad alimentaria sufrirá un mayor deterioro ya que la producción lechera en las áreas afectadas por la sequía se ha hundido y no se recuperará hasta el próximo mes de octubre, al comienzo de la temporada corta de lluvias.

Además, la distancia hasta los puntos de agua se ha duplicado -hasta 30-40 kms- en muchos lugares y han surgido conflictos por los pastos, con pérdida de vidas humanas y de animales, junto a un acceso limitado a los mercados. Es urgente que se lleven a cabo intervenciones de emergencia para mitigar el impacto negativo y evitar un mayor deterioro de los medios de subsistencia y la nutrición.

En Etiopía, el fenómeno de La Niña ha llevado a la ausencia de dos temporadas consecutivas de lluvias, escasez de agua y de pastos y un grave deterioro en las condiciones de la ganadería, resultando todo ello en un descenso en los precios del ganado en las tierras bajas del sur y del sudeste. En la región de Borena, en la frontera meridional con Kenya, se ha informado de la muerte de 220 000 vacas.

Además, la sequía ha afectado también a la campaña agrícola "belg" que se recolecta en junio/julio y que se espera sea muy pobre en las regiones de Oromia, Tigray, Ahmara y en la región de las Nacionalidades y Pueblos de las Naciones del Sur (SNNP, por sus siglas en inglés).

A principios de junio la cifra de personas necesitadas de ayuda en Etiopía se calculaba en 11,4 millones. Aquí se incluyen 3,2 millones necesitadas de ayuda de emergencia y 8,2 millones registradas dentro del programa de redes de protección productivas.

En Djibouti, la actual sequía unida a los precios muy altos de los alimentos básicos, el elevado índice de desempleo y el incremento de la migración del campo a la ciudad ha hecho empeorar la situación de seguridad alimentaria a nivel familiar. La escasez de agua en la ciudad de Djibouti se convertirá en un serio problema en los próximos meses, cuando la demanda alcance su nivel máximo.

Alza de los precios de alimentos y combustible: Los precios muy elevados de alimentos y combustibles añaden dificultades para que las familias de la región tengan acceso a alimentos. Se han registrado precios récord en algunos mercados al por menor en Somalia como Mogadishu y Marka, que en abril para el sorgo fueron entre el 150 y 180 por ciento más elevados que 12 meses antes

Existe una situación similar en Kenya, en donde los precios al por mayor del maíz en los principales mercados urbanos en Nairobi y Mombasa estuvieron entre un 60 y 85 por ciento por encima del nivel de mayo de 2010.

En Etiopía los mercados registraban precios relativamente bajos hasta comienzos de 2011, tras los buenos resultados de la producción de la temporada principal de 2010, pero a partir de febrero se produjo un brusco aumento en los precios de los cereales, y el del maíz ha subido entre un 60-120 por ciento entre marzo y mayo.

Ganaderos y agricultores necesitan ayuda urgente: El Cuerno de África requiere con urgencia fondos adicionales para proteger y reconstruir los recursos pecuarios, distribuir insumos agrícolas adecuados que incluyan semillas tolerantes a la sequía, forraje y agua para el ganado de cría, así como la vigilancia y la lucha contra las enfermedades de animales y plantas.

A corto y medio plazo, es necesario continuar con la formación de los campesinos en tecnologías para mejorar la producción agrícola en tierras áridas, junto con mejores prácticas de gestión del agua y la creación de capacidad en las comunidades para responder mejor a los desastres.

La FAO ha venido ayudando a la población local y a los gobiernos en la región, con intervenciones para rehabilitar la infraestructura hídrica, distribución de semillas, aperos y otros insumos agrícolas, además de actividades de producción y sanidad animal.

En colaboración con instituciones gubernamentales, ONGs y otros organismos de la ONU, la FAO coordina ahora intervenciones relacionadas con la sequía a nivel regional, nacional y comunitario.

La FAO trabaja también para limitar el impacto de la variabilidad climática en las poblaciones de pastores a través de la recolección sistemática de información, identificando las carencias en las intervenciones y desarrollando estrategias para garantizar que las comunidades afectadas estén mejor preparadas para hacer frente a las calamidades.