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- Categoría: AGRARIAS
Roma/Puerto Príncipe - Un año después, las repercusiones del devastador terremoto que sufrió Haití continúan dejándose sentir en las zonas rurales, agravadas por la actual epidemia de cólera y las inundaciones y corrimientos de tierras causados por el huracán Tomas, que han golpeado con especial dureza al sector agrícola.
Un mayor apoyo a la agricultura es crucial para alcanzar los objetivos de desarrollo del país y ayudarle a prepararse para futuras emergencias, según la FAO.
Papel de gran importancia
"Las comunidades pobres, vulnerables y dependientes de la agricultura sufren algunas de las peores consecuencias de los desastres naturales", indicó Etienne Peterschmitt, Coordinador superior de la FAO para la emergencia y rehabilitación en Haití.
"La agricultura juega un papel de gran importancia no sólo para eliminar el hambre y la desnutrición, sino también para impulsar los ingresos rurales, frenar la degradación ambiental e incrementar la capacidad de resistencia ante futuras amenazas", añadió Peterschmitt.
Desde el terremoto, la FAO y sus asociados del Grupo agrícola, en colaboración con el Ministerio de Agricultura, han contribuido a la seguridad alimentaria de 560 000 familias, cerca de tres millones de personas. La FAO ha distribuido 2 200 toneladas de semillas de cultivos alimentarios, 16 490 kg de semillas de hortalizas, 164 toneladas de fertilizante, 156 000 plantas de banano, 29 millones de esquejes de batata y 190 000 aperos agrícolas.
Estos insumos han permitido el cultivo de un total de 69 000 ha de tierras, con una producción conjunta de mas de 100 000 toneladas de cultivos comestibles, según los cálculos de la FAO.
En las áreas urbanas y los campamentos de desplazados, la FAO -en forma directa o con sus ONGs asociadas- ha establecido huertos de hortalizas que suministran alimentos nutritivos para 18 900 de las familias más vulnerables.
La FAO ha ayudado al Ministerio de Agricultura a desarrollar un plan de inversiones para la reconstrucción del sector, y ofrecido apoyo técnico en la gestión de cuencas hídricas y colaborado con la Coordination nationale de la sécurité alimentaire..
El cólera y Tomas agravan la situación
El brote de cólera en la región arrocera del noroeste de Haití y las inundaciones de noviembre provocadas por el huracán Tomas, que dañó la infraestructura agrícola y hasta 78 000 hectáreas de cultivos, han agravado la situación de las familias rurales pobres. El huracán, junto a las inundaciones consiguientes, ha hecho que la enfermedad se propagase más en estas áreas, precisamente en las que habían buscado refugio muchos de los desplazados por el terremoto.
La FAO y las autoridades locales están trabajando para ofrecer la información correcta sobre higiene a los campesinos en zonas rurales aisladas, en las que muchas familias carecen de la información precisa y asistencia médica adecuada.
La FAO ha suministrado también ayuda de emergencia a 36 000 familias afectadas por el huracán, el equivalente a unas 180 000 personas. Esta ayuda incluye la distribución de 100 toneladas de fríjoles, 10 toneladas de caupí, 200 toneladas de maíz, 700 toneladas de semillas de hortalizas, 200 toneladas de arroz, 68 000 plantas de banano y 36 600 aperos agrícolas.
Esta ayuda fue facilitada por el plan de contingencia frente al huracán de 2010 por la FAO, que en coordinación con el Ministerio de Agricultura y los asociados del Grupo agrícola, situó reservas de semillas y aperos en cuatro lugares estratégicos en el país para restablecer rápidamente la producción agrícola en las zonas afectadas. El programa de apoyo incluyó también una campaña nacional de radio con anuncios sobre medidas de preparación ante el huracán que fueron retransmitidas por 22 emisoras a nivel nacional, local y comunitario.
MIRAR HACIA EL FUTURO: La FAO está cambiando ahora desde la distribución directa de insumos a la multiplicación de semillas y otras actividades más sostenibles, al tiempo que se mueve desde la ayuda de emergencia al apoyo a la rehabilitación a largo plazo.
La organización de la ONU ayuda a las asociaciones de pequeños campesinos en la producción de semillas de maíz y fríjoles para garantizar el suministro de semillas de calidad y la promoción de ferias de semillas y sistemas de cupones. Sus objetivos incluyen también apoyar la gestión sostenible de cuencas hídricas, la agricultura urbana asociada a las intervenciones de nutrición, la conservación del suelo y del agua, procesado de alimentos, escuelas de campo para agricultores, apoyo a la compra local de la producción láctea en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos, actividades agroforestales y la creación de empleo en las zonas rurales.
Reducir los riesgos: Reducir los riesgos asociados a los desastres naturales es uno de los componentes clave del programa de tres años de la FAO de emergencia y rehabilitación, en apoyo del plan de inversiones del gobierno para el crecimiento del sector agrícola y del Marco de planificación nacional a medio plazo de la FAO.
La gestión del riesgo de desastres, uno de los objetivos estratégicos de la FAO, es un aspecto central del plan de reconstrucción.
"Las actividades de gestión de recursos naturales y de cuencas hídricas tienen que ir de la mano de medidas para mejorar la productividad agrícola, mejorando el acceso a la tierra, insumos, agua y mercados", aseguró el Representante de la FAO en Haití, Ari Toubo Ibrahim.
El año próximo, cerca de dos tercios de las actividades de la FAO estarán orientadas a la gestión de cuencas hídricas y los esfuerzos de reforestación, según Ibrahim.
En la actualidad se realizan actividades para mejorar los medios de subsistencia y las condiciones ambientales, pero la falta de fondos para la agricultura ha afectado gravemente a los esfuerzos para suministrar ayuda inmediata a la población afectada, al tiempo que se sientan las bases para intervenciones a largo plazo.
"Una respuesta sostenible y eficaz requiere un enfoque global que incremente la capacidad de resistencia de la comunidad a las posibles amenazas, al tiempo que se ayuda a la gente a hacer frente a la crisis del momento", señaló Peterschmitt. "También requiere fondos", añadió.
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