CDMX.- Para el 90 por ciento de los productores nacionales de leche, el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN) ha significado la quiebra de más de 500 mil unidades productivas del sector social, mientras que 150 mil “se debaten entre la subsistencia y la amenaza del exterminio”, afirmó el presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González Muñoz, tras comentar que, en 2016 , se importaron 768 mil toneladas de leche en polvo y derivados, entre ellos suero para alimento de lechones.

 

Por estas razones y porque las importaciones de leche en polvo y sus derivados “son una competencia despiadada” para los productores nacionales, “preferimos que el producto leche salga del contexto de negociaciones del TLCAN”, dijo tajante y añadió que este acuerdo comercial ha limitado las inversiones y el crecimiento de la actividad lechera en nuestro país, en los últimos 23 años.

Álvaro González exhortó al gobierno federal y en particular al grupo de negociadores del TLCAN, a realizar una consulta a nivel de los 20 principales estados productores de leche, a fin de constatar la inconformidad de que “este sector se haya convertido en ‘moneda de cambio’ para mantener un esquema de intercambio comercial que beneficia a pocos y perjudica a muchos”.

Lamentó que la industria de lácteos y las grandes cadenas comerciales –previa anuencia de dependencias federales como las secretarías de Salud y de Economía—se han convertido en importadoras de fórmulas lácteas y leche en polvo descremada, a altos precios y sin importarles la calidad nutritiva para los consumidores.

En cambio, añadió González Muñoz, los productores nacionales de leche ofrecen un producto natural, con alto potencial nutritivo y a precios accesibles, “nunca comparado con agregados de grasa vegetal, con vitaminas y minerales de dudosa calidad. Lo importante para ellos es el lucro”, puntualizó.

Señaló que los mexicanos “no debemos caer en la trampa, el amago y sagacidad” que muestran los negociadores norteamericanos, al poner sus ‘reglas del juego’ de manera unilateral y anticipada, mientras que los negociadores mexicanos encabezados por Ildefonso Guajardo ‘no tiran golpes’.

La revisión del TLCAN, dijo, nos obliga a articular una nueva defensa de las políticas de intercambio comercial del país, donde quepamos todos, frente a la posibilidad de recuperar el mercado interno de productos agropecuarios que ha caído en manos de importadores. “Nosotros como productores de leche, apuntó, somos una opción productiva para contrarrestar la actitud proteccionista del gobierno de Estados Unidos, mismo que aprovecha a la industria transnacional para dar salida a subproductos de calidad no garantizada.

“Más de cien mil productores de leche del país, expresó, estamos angustiados  y en contra de un acuerdo bilateral que, por lo menos para el sector productivo de lácteos, no arroja resultados satisfactorios”.

En el caso de lácteos, continuó Álvaro González, México debe seguir el ejemplo del gobierno de Canadá que, desde un principio, no incluyó al producto leche en el esquema de comercio del TLCAN, en virtud de que prefirió realizar nuevas inversiones y considerarlo como un alimento estratégico para los canadienses.

Estamos en contra de una negociación donde metan en medio a los productores de leche, sobre todo sin consultarlos, como ocurrió en las negociaciones de hace más de 23 años. “El sector social es el que aporta la mayor producción nacional, no fue tomado en cuenta, pero sí sufrimos las consecuencias de una competencia letal”.

Por otra parte, ha trascendido que el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, ha entrado en negociaciones con la Unión Europea para incorporar el producto leche al esquema comercial con esa comunidad y también está pensando en revivir el Tratado de Asociación Transpacífico (TPP), el cual, gracias a la llegada de Trump al gobierno de EU, se canceló. Sin embargo, a este respecto, México ya había planteado una importación de leche en polvo con Nueva Zelanda, por 27 mil 500 toneladas, que quedaron pendientes.

En resumen, hay que señalar que 23 años desde la firma del TLCAN, demuestran que los beneficios reales en materia de lácteos, son para las industrias y cadenas comerciales en su mayoría trasnacionales. Para el consumo familiar de la población, le  ha traído  consecuencias negativas. Hoy, con un salario mínimo, sólo se pueden comprar 4.5 litros de leche, en tanto que, antes del TLCAN, se adquirían 12 litros.

De acuerdo con información de PROFECO y del Instituto de investigaciones Económicas de la UNAM, en 1994 la leche al público tenía un precio de 5.30 pesos el litro. A los productores les pagaban 2.86 pesos. En 23 años del TLCAN, el precio al público se incrementó en más de 300%. Esto significa que el litro de leche actualmente vale 19.00 pesos al público y  el productor recibe en promedio 5.90 pesos por litro.

En un reporte sobre importaciones de leche en 2016, se indica que México importó 768 mil toneladas de leche, de las cuales 270 mil fueron de leche en polvo y el resto se refiere a derivados, principalmente de suero que, usualmente, se destina para la crianza de lechones en la industria de porcinos. Ese volumen tuvo un valor de 2 mil millones de dólares.