En el marco del Día Internacional del Chocolate y en este mes de la patria, es justo e importante destacar el valor de un tesoro mexicano: el cacao. Perteneciente al género Theobroma, que en griego significa “alimento de los dioses”, el cacao se origina de una planta tropical descubierta en forma de bebida por los olmecas, quienes fueron los primeros en probarlo y cultivarlo en las tierras de la República Mexicana, donde hasta ahora se utiliza especialmente para la elaboración de chocolate.

El consumo de chocolate provoca la sensación de estar en el paraíso. Este alimento es un regalo de los dioses, fue Quetzalcóatl que amaba a los hombres, quien regaló el árbol del cacao y los enseño a recogerlos, tostarlos, molerlos y batirlo con agua en jícaras, obteniendo así el chocolate, el cual era sólo para el consumo de dioses, sacerdotes y nobles.

Aunque existen diversas leyendas en torno al surgimiento del cacao, no cabe duda que es un regalo maravilloso que México ha obsequiado al mundo, pues deleita con su dulce sabor paladares de todos los gustos, ya que se encuentra en diversas presentaciones: amargo, agridulce, semidulce, con leche y blanco.

El chocolate proviene de una joya endémica de México, es un auténtico representante de nuestra cultura gastronómica, es sabor, es alegría es placer, el chocolate simplemente es ¡muy mexicano!

La producción total nacional de cacao en México supera las 26 mil toneladas, siendo Tabasco, Chiapas y Guerrero los mayores productores de esta joya mexicana que a lo largo del tiempo ha traspasado fronteras gracias a sus propiedades gastronómicas.

Sabías que…

 

Los mayas y aztecas utilizaban los granos de cacao como moneda.