Llega la temporada de estiaje, comienzan los relatos de tierras quebradas por el sol, falta de agua, terregales inhóspitos, pero sobre todo, animales muertos que se han convertido en bolsas de cuero llenas de huesos.

La verdad es que hay mucho de mito y especulación al respecto, porque la experiencia de los ganaderos no incluye la inmovilidad y antes de dejar morir a los animales, buscan la manera de aprovechar y vender la carne, o bien, exportar las cabezas de ganado.

Aproximadamente la tercera parte de los ingresos nacionales de carne de bovino provienen de cinco estados eminentemente áridos: Jalisco, Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Baja California. El éxito se basa en formas de producción tecnificadas, extender estas prácticas es el camino para potenciar la productividad del poderoso subsector pecuario de México.

La SAGARPA cuenta con componentes específicos que buscan potencializar las actividades en las zonas áridas del país, gracias a ello se han desarrollado exitosamente los siguientes sistemas de producción: leche de bovino (cuatro de cada 10 litros provienen de ésta zona); sistema productivo de doble propósito (el ganado se usa primero para explotar su leche y posteriormente su carne); producción de carne (uno de cada tres kilogramos se produce en esta zona); apicultura (presente en las 10 entidades más áridas de México).

El mejoramiento de prácticas es imprescindible para mantener una producción pecuaria creciente y debido a la eminente vocación ganadera de las zonas áridas de México, se estudian y utilizan a favor las potencias de los desiertos para mejorar la apuesta a largo plazo y garantizar la actividad agroalimentaria y sostenimiento del ecosistema entero.