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Dijo en su mensaje el Secretario de Agricultura, José Calzada Rovirosa, en el marco de la XXXIV Conferencia Regional de la FAO para América Latina y el Caribe presidida por el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto.
Después de la bienvenida a los participantes, Calzada Rovirosa indicó que la realización en México de la Trigésima Cuarta Reunión Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, es una distinción que nos enorgullece y nos compromete a profundizar en las políticas y acciones para mejorar la calidad de vida de nuestra gente.
La voluntad política de los gobiernos, un marco jurídico que garantice el derecho a la alimentación, así como políticas diferenciadas para los grupos vulnerables, son tres pilares básicos para mejorar la vida en el ámbito rural.
El diálogo y las deliberaciones sobre las experiencias de cada país para garantizar el abasto de alimentos, nos permitirá, sin duda alguna, definir criterios y estrategias, así como líneas de acción que permitan incrementar la producción de alimentos en América Latina y el Caribe.
Ante las crecientes necesidades, el reto no es menor. Pero tenemos la voluntad y la capacidad para enfrentarlo. Así lo hemos hecho antes, los datos validan el comportamiento de nuestra región.
Ante lo logrado, ahora asumimos nuevos retos. Queremos mayor productividad en el campo y mejor distribución de los alimentos, sí, pero estando en concordancia con el respeto a la naturaleza. Es decir, pasamos de los Objetivos del Milenio a los Objetivos del Desarrollo Sustentable.
El mantenimiento de los recursos naturales y el uso de técnicas que no degraden el medio ambiente y preserven la biodiversidad son imprescindibles. La FAO con certeza señala que debemos garantizar una producción de alimentos creciente en el tiempo, basada en la sustentabilidad.
Ante los desastres causados por fenómenos naturales, de los que no estamos exentos los países de América Latina y el Caribe, tenemos que ser capaces de gestionar los riesgos y adaptarnos al cambio climático que ya está aquí. La seguridad alimentaria se logra a partir de cada familia y de cada hogar. El gobierno acompaña.
El esfuerzo compartido, la transformación sostenible de las zonas rurales, tiene que ir más allá del desarrollo agrícola y emprenderse a través de la agricultura familiar, del desarrollo comunitario y territorial, donde el apoyo a las mujeres juega un papel fundamental.
Con sistemas alimentarios basados en la organización social de los pequeños productores, debemos de asegurar la disponibilidad y el acceso de los alimentos en cualquier lugar de nuestra región.
Una agricultura sustentada en los pequeños productores bien organizados genera mayores ingresos y bienestar a las familias y, es una importante contribución al dinamismo del sector agroalimentario en la región. Erradicar el hambre y la pobreza extrema en la región, son prioridades que requieren de alianzas entre las naciones. La cooperación internacional es fundamental para definir acciones conjuntas y garantizar la seguridad alimentaria.
En la suma de esfuerzos entre países, la labor de la FAO en la promoción de una agenda ambiciosa con enfoque de derechos, centrada en las personas, resulta fundamental. Las políticas públicas emprendidas por la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, comparten esta misma visión.
El apoyo a la agricultura familiar, la promoción de cadenas de valor, el desarrollo de competencias para fomentar la iniciativa empresarial, especialmente para jóvenes y mujeres, forman parte de las líneas estratégicas de la presente administración, que está dando resultados.
Las prioridades otorgadas por este organismo de Naciones Unidas a la transformación rural en América Latina y el Caribe, permitirá que los hombres y mujeres que trabajan en el campo sean protagonistas de su propio desarrollo.
Estoy convencido de que la suma de esfuerzos y el convencimiento de los propósitos de esta Conferencia Regional, nos permitirá emprender iniciativas conjuntas para garantizar la seguridad alimentaria en la región, superar las brechas de desigualdad social y construir una sociedad más justa, basada en la igualdad de oportunidades y el respeto a las libertades.
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