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- Categoría: AGRARIAS
Explicó que uno de los avances notables en este proyecto ha sido la aplicación de técnicas alimentarias, en base a microalgas para propiciar un óptimo desarrollo larvario-químicos
Además, se realizan monitoreos físico – químicos para verificar la calidad del agua donde se mantiene a las larvas.
Añadió que estos cuidados son intensivos hasta que los organismos llegan a su etapa post larvaria, lo que les hace más resistentes y susceptibles de desarrollo.
Asimismo, requieren de intensa vigilancia para que alcancen los 30 milímetros y puedan ser devueltos a su medio natural, a fin de repoblar áreas destinadas a su desarrollo y reproducción.
Resaltó que esta especie requiere de cuatro a seis años para llegar a la talla comercial, de acuerdo con las normas establecidas para su extracción en el Plan de Manejo Pesquero publicado en noviembre de 2012.
Otro avance en las investigaciones, añadió, es el establecimiento de un sistema denominado biofloc, que es la aplicación de procedimientos para el manejo adecuado de la calidad del agua , lo que ayuda a minimizar o evitar los recambios del vital líquido.
El trabajo científico para el cultivo de esta especie se realiza en los laboratorios de la sociedad cooperativa Mar y Tierra, en cuyas instalaciones se cuenta con un cepario, área de conservación de microalgas que sirven de alimento a las larvas de almeja generosa.
Está dotado de un solario para la producción masiva de microalgas, área de cultivo, sala de microscopios e instrumental de alta tecnología y espacio destinado al mantenimiento de ejemplares reproductores con capacidad para expulsar más de un millón en una puesta, entre otras áreas.
Cabe señalar que la almeja generosa llega a medir hasta 100 centímetros con el sifón extendido, se reproduce únicamente en México, Japón, Nueva Zelanda, Argentina y la costa occidental de Estados Unidos y Canadá.
Es un producto de gran demanda, especialmente en países asiáticos, donde la consumen como sushi o en sopa.
Con la finalidad de garantizar la sustentabilidad de este recurso marino, el INAPESCA, con la participación de otras instituciones, ha implementado diversas estrategias de manejo para su conservación, entre las que está el desarrollo de biotecnología para su cultivo y reproducción.
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