maízLa comida es un elemento de identidad de los pueblos y en México, a pesar del arribo de nuevos productos, el maíz sigue siendo fundamental en la alimentación y en la agricultura, destacó el maestro en Antropología, Arturo Gómez Martínez, investigador del Museo del INAH, situado. Durante su charla “La milpa: Espacio de producción y retórica de las cosmovisiones indígenas en la Huasteca”, en el Colegio de Antropología Social de la BUAP, resaltó el interés de la dependencia federal por estudiar el patrimonio biocultural de México, relacionado con la naturaleza en torno a la cultura.

Explicó que el Museo INAH de la Ciudad de México desarrolla actualmente un amplio proyecto en el país denominado: “Etnografía de las regiones indígenas de México”, donde se analiza la forma en la que las comunidades han aprehendido el entorno natural y cómo han modificado el paisaje con sus conocimientos e historia ancestral, lo que incluye desde su asentamiento como pueblo, hasta sus actividades económicas, sociales, religiosas y políticas.

“Las comunidades indígenas han logrado una importante domesticación de la planta del maíz y de otros vegetales relacionados con la milpa, como el  chile, el tomate y calabaza, entre otros, ampliando sus conocimientos en torno al proceso de selección, el conocimiento del clima, la botánica y la biología, además de que han desarrollado sus propios sistemas clasificatorios de plantas”, abundó Gómez Martínez.
La milpa, puntualizó, “es como un laboratorio de producción donde se aplican conocimientos milenarios y se van creando nuevos. Implica todo un proceso desde que se prepara la tierra, se siembra, nace la planta y se cuida, hasta que se cosecha y, posteriormente, se almacena para asegurar el autoabasto. 
La investigación, realizada en la zona de la huasteca potosina, Veracruz, Hidalgo, Tamaulipas, Querétaro y Puebla, permitirá conocer cómo han sobrevivido estos conocimientos ante el embate de la globalización, entendida, -dijo-, como la actualización de las culturas y los entornos urbanos, así como la mundialización que no necesariamente conlleva la pérdida de valores culturales”, explicó.
La milpa sigue siendo un elemento importante en la comida diaria y cuando hay fiestas patronales, es parte fundamental de ésta. Los pueblos indígenas siguen cultivando los granos criollos, que se han adaptado al clima y suelo de las diversas regiones del país, finalizó Gómez Martínez.