LECHEROS

El Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, que dirige Álvaro González Muñoz, mantiene su demanda de incremento de un peso por litro de leche que adquiere la empresa LICONSA para sus programas sociales y que también entregan los pequeños y medianos productores a la industria de derivados lácteos.  Esta propuesta se debe al incremento sostenido de precios de los forrajes y demás insumos que, en su mayor parte, provienen de la importación de maíz amarillo, pasta de soya, semilla de algodón y salvado de trigo, los cuales en algunos casos se ubican en 60%.

En medios externos al gobierno federal, se ha manejado un incremento de entre 50 y 60 centavos por litro, lo cual reconocemos --dijo Alvaro González-- no es malo, pero insuficiente para resarcir una economía muy deteriorada de los productores de leche que, en los últimos dos sexenios, perdieron dos pesos por cada litro producido.

Nuestro reclamo, expresó, el apoyo debe beneficiar directamente a los productores. Nuestra solicitud de recursos fiscales ha sido, desde un principio, de 420 millones de pesos, cantidad similar al presupuesto ejercido el año pasado que la Secretaría de Agricultura transfirió a LICONSA el año pasado para apoyo a los productores del alimento.
En base a este techo financiero, dijo Álvaro González, suponemos que el incremento es prácticamente el mismo que se dio el año pasado, de 50 centavos por litro de leche entregada a LICONSA y a la industria de lácteos.
En la actual administración se decidió no aumentar el precio para los consumidores de leche de LICONSA, en el marco general de la Cruzada Nacional contra el Hambre.
Como es sabido, los pequeños y medianos productores de leche, entregan anualmente a LICONSA un volumen anual de más de 700 millones de litros, a un promedio de 5.46 pesos por litro, y son alrededor de 10 mil lecheros.
La producción lechera en México marca una tendencia a desaparecer, apuntó el dirigente gremial de esta rama, pero destacó que se tiene la esperanza de que el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto vuelva la cara al sector de productores nacionales, en virtud de que los precios internacionales del producto llevan una tendencia hacia el alza generalizada.
Planteó desaparecer privilegios financieros y operativos de empresas privadas que compiten de manera desventajosa para los productores nacionales de leche.
Reiteró que el gobierno federal, por conducto de las secretarías de Economía y Salud, privilegian a empresas transnacionales al favorecer importaciones de fórmulas lácteas a precios ridículos, porque en los países de origen son subproductos de los derivados lácteos. “Son desechos de sueros que resultan de la fabricación de quesos, yogurt, cremas y otros; los enriquecen con vitaminas, minerales y proteínas y los venden, vía las empresas transnacionales, a precios similares a la leche auténtica”, dijo.
Además de que esto constituye un fraude a los consumidores, la Secretaría de Salud no verifica la sanidad de esos alimentos, a tal grado de que, en la actualidad, las empresas comerciales –como Wall Mart, Soriana, Gigante y Chedraui-- han invadido funciones al convertirse en productoras de marcas propias de formulaciones lácteas y otros alimentos, con muy altas ganancias, pero en condiciones ruinosas para los productores mexicanos.
En los doce últimos años, la ausencia de una autoridad en esta materia, el gobierno dio carta abierta a las empresas de origen extranjero y abandonó a los productores de alimentos, y no solamente se trata de los lecheros, sino en general de todos los ganaderos de las diferentes especies.
Hoy, por cada 550 mililitros de leche que consumimos los mexicanos per cápita, otros 450 mililitros provienen del extranjero. En esta perspectiva, los centros comerciales transnacionales aprovecharon de maravilla esas circunstancias, pero esperamos que en la actual administración las cosas cambien y vuelvan a la normalidad de dar prioridad a la producción y a los productores nacionales. “Queremos que terminen las noches de dos sexenios perdidos”, enfatizó Álvaro González.