ESCASEZ DE AGUA

La Confederación Nacional Campesina convocó al cuidado del agua, preocupada por su escasez que se agudiza en el país, a la intensa sequía que se ha vaticinado para los próximos meses y por el riesgo de que por la falta de este recurso México vaya a enfrentar otra crisis. Para el senador y presidente de la CNC, Gerardo Sánchez García, el agua es asunto de preocupación para el gobierno, la sociedad y la academia debido a su escasez, contaminación y desperdicio, lo que ha colocado a México entre las naciones con mayor rezago en cuanto a uso integral del recurso hidráulico. Tras de rendir un homenaje a Benito Juárez García por el 207 aniversario del  nacimiento de quien consolidó a la República Mexicana, el dirigente se refirió al tema hídrico, ya que este 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua, por lo que se pronunció a favor de un acuerdo nacional que permita garantizar su abasto a 12 por ciento de mexicanos que sufren por la escasez del líquido; dar acceso a sistemas de drenaje a 22 millones de personas y tecnificar 6 millones de hectáreas agrícolas, donde actualmente se utiliza el riego por gravedad.
El líder de la CNC reconoció que en el país existen avances para la planeación del uso del agua, pero advirtió que también hay retos crecientes que no tendrán solución sin cambiar las políticas del sector hidráulico.
Primero, detalló, está la contaminación del ambiente y en particular del líquido; tenemos acuíferos sobre-explotados; el abasto en el campo y la ciudad es un reto creciente;  y hay un marco legal incompleto, que se manifiesta en problemas de gobernabilidad e impide el uso eficiente de los recursos hídricos nacionales.
El senador Gerardo Sánchez García reconoció que la eficiencia en el uso del agua en la agricultura, llega a un promedio del 40 por ciento en los distritos de riego, lo cual se considera muy bajo debido a la falta de sistemas modernos de aplicación puntual del agua a los cultivos. Lo peor es que el 60 por ciento restante se filtra por deficiencias y fugas en las redes principales y de distribución, y por evaporación.
Asimismo, del total de disponibilidad de agua capturada en las presas nacionales y en el subsuelo, se estima que el 77 por ciento se destina para el riego agrícola. Este sector es el más importante usuario del vital líquido y donde más se desperdicia.
Además, la sequía que en las últimas décadas afecta al territorio nacional y a otros países ubicados en la banda de los desiertos en el mundo, ha originado bajas captaciones de agua en los embalses destinados al riego agrícola; es decir, en la actualidad México no cuenta con agua suficiente para hacer frente a las necesidades de la población en sus diferentes usos. El reflejo es notable en las bajas cosechas.
El desperdicio del vital líquido no es exclusivo de las zonas irrigadas, sino que también hay dispendio en las zonas urbanas. Un ejemplo lo tenemos en las fugas y uso desmedido en la ciudad de México y su área metropolitana. Normalmente entran a esta región --una de las más pobladas del mundo-- alrededor de 65 metros cúbicos por segundo, tanto de pozos interconectados y del Sistema Cutzamala. Del gran total, se fugan entre 12 y 14 metros cúbicos por segundo por malas condiciones en las redes de distribución.
Ante esta realidad, el dirigente de la CNC sostuvo que hoy más que nunca urge cuidar el principal recursos de la humanidad, el agua, ante la peor sequía que se sigue registrando en los últimos 80 años principalmente en el centro y norte del país, de ahí que se deban instrumentar acciones que ayuden a desarrollar la conciencia sobre el grave problema hídrico del país, formar una cultura para la defensa del vital liquido e impulsar un “gran compromiso” por el cuidado y uso racional del agua en México.
Por último, Gerardo Sánchez García rechazó la privatización de este recurso y expuso que una de las señales más visibles de la escasez del líquido es el incremento acelerado del comercio de agua embotellada que, de acuerdo con varios estudios, se estima anualmente en 5 millones 500 mil garrafones, así como el gasto anual en refrescos y otras bebidas que asciende a 203 mil millones de pesos.