REPERCUSIONES
Por Inge. Samuel Maldonado Bautista.
MORELIA, MICH.- Tal vez sean muchos los “pecados mortales” de Andrés Manuel López Obrador, quien en sus prioridades gubernamentales incluye el apoyo económico principalmente a las clases más necesitadas del país, mientras que se vuelven ridículos e infantiles los comportamientos pseudo pueriles de las actitudes empresariales, que han instalado, en gran parte del zócalo capitalino, algunas carpas que se pueden contar con los dedos de los pies y de las manos; carpas “deshabitadas ”, no utilizadas y que prácticamente se mantienen allí como un mal adorno empresarial y que, ya algunas han volado por el fuerte viento de estos aires invernales que, además, se complementa el “circo” con las ridículas amenazas del sector empresarial que no termina con sus plantones semi desérticos; además (no lo dudo), obligando a sus empleados a participar en esta ridícula feria empresarial.
Durante los mandatos de los últimos “residentes” del Bosque de Chapultepec, que no del Palacio Nacional, fueron “apapachados” y consentidos los miembros de la clase empresarial, a quienes entregaron Bancos, ferrocarriles, sistemas energéticos, Ingenios azucareros, minas, industria siderúrgica y cientos de empresas más, que habían pertenecido al gobierno nacional, es decir, pertenecían al Estado Mexicano y se vendieron (regalados prácticamente) a precios de remate a empresarios “que hicieron su día”.
Así transcurrieron varios sexenios, de tal manera que los presidentes en turno fueron traspasando casi todo lo que pertenecía al Estado Mexicano, a precios de “regalo a sus amigochos”. Por esta mala costumbre de los gobiernos como los de Carlos Salinas, del “vaquero Fox” de Guanajuato y del inocente o tonto de Peñita, una a una, las industrias nacionales fueron traspasadas (entregadas) regaladas a precios de remate.
De ninguna manera, en estos trueques no tuvieron la culpa los empresarios, pues fueron involucrados en estos beneficiosos trueques, pues participaron en las tramposas “ventas de remate” y realmente, desde mi punto de vista, no tuvieron la culpa los empresarios, pues esas básicas industrias estatales, fueron entregada por el sistema neoliberal del salinismo, hasta culminarlas con el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Pero no fueron solamente en México estas ventas de remate, pues el movimiento privatizador se expandió como una epidemia internacional, surgido principalmente por los excesos cometidos por muchos de los gobiernos anteriores y, no solamente en nuestro país, sino que internacionalmente se dio el cambio radical . Fue algo así como cuando las fichas del dominó se colocan paradas y juntas sin tocarse una con otra conformando una fila larga y que, tocando la primera o la última ficha, todas caen .
Pero bien, como dice un adagio , que no hay mal que por bien no venga. Ahora soplan mejores vientos (a veces en demasía) como lo que está sucediéndose en el Sureste Mexicano y hasta más allá de los límites nacionales, lastimando a pueblos completos y dificultando mayormente, a quienes más ayuda necesitan.
¡En fin, así es la vida¡