Sin duda, este es un año de lluvias, de intensas lluvias, los primeros meses  fueron de  calor intenso.  Hoy  el riesgo no es la sequía sino el exceso de agua.

Dicen  los agrónomos que las lluvias  siempre generan beneficios por  intensas que sean, lo que no sucede con las sequías, entre otros, recargan los acuíferos, dejan mucha  humedad y dejan llenas  las presas y ríos, lo que garantiza   agua para riego en el siguiente ciclo agrícola.

 


Sin embargo, las lluvias  también generan daños, en algunas ocasiones siniestros de alta magnitud  con  pérdidas materiales y de vidas  humanas, recordemos por ejemplo lo ocurrido en la Sierra Norte del estado en 1999, más de  200 muertos, o la inundación en Tabasco que dejó muchos muertos y miles de damnificados.

El exceso de lluvia  también genera pérdida de cultivos, los ríos llegan a  desbordarse,  se pone en peligro  la vida de familias que viven muy cerca de ríos  y barrancas. Estos son los efectos negativos de  huracanes o depresiones tropicales que  llegan a afectar al estado de Puebla.

El estado cuenta con un sistema de presas, unas usadas para la generación de energía eléctrica como la de Necaxa en la Sierra Norte, las demás para riego agrícola como la Manuel  Ávila Camacho o Valsequillo.

Hace  cuatro o cinco años las dos presas más grandes, la de Necaxa y la de Valsequillo llegaron a  su nivel máximo, se tuvieron que abrir compuertas para evitar el desborde, los ríos alimentadores estaban también a su máxima capacidad, había riesgo de inundaciones, finalmente  hubo control.

Este año también hay riesgo, las presas  y ríos se están llenando, la de Valsequillo  esta casi al cien por ciento, la de Necaxa se acerca al ochenta por ciento. El ciclo de lluvias  va a la mitad, los niveles de presas y ríos seguirán subiendo.

Con las experiencias que se han tenido se deben  tomarse  las medidas necesarias para evitar en lo posible tragedias. Los sistemas de protección deben estar operando al cien por ciento, la prevención es vital.


Presa Necaxa, Puebla