Cultivar  en el desierto  puede parecer anecdótico, pero no lo es, más de la mitad de las tierras  cultivables del planeta son áridas o  viven  bajo la amenaza de la sequía, en  los próximos años podría ser incluso peor, el cambio climático provoca la  reducción de las  precipitaciones y el aumento de las  temperaturas globales.

El doctor  Samuel Bueno  Arias, afirmó que la agricultura en el desierto proporciona alimentos a millones de habitantes y la recuperación de espacios naturales, países como  Somalia, Etiopía, Niger, Egipto, Israel o Chile demuestran que  la  innovación y el uso de técnicas sencillas hacen posible  el  cultivo de diversas especies.


Indicó que el desierto  puede ofrecer los recursos necesarios  si se siguen   unos métodos naturales sencillos,  comentó que  si los países ricos quisieran ayudar a los subdesarrollados no les deberían enviar alimentos  sino semillas para que sus habitantes  tengan sus propios  cultivos.

Expuso que se tienen ventajas ecológicas y sociales de aprovechar zonas desérticas  para uso agrícola son diversas: los  suelos se  vuelven más fértiles y se reduce la erosión, un problema ecológico que  ha aumentado en los  últimos años, se mitigan los efectos del calentamiento  global, los  habitantes de estas zonas  logran un recurso alimentario y económico  que mejora sus condiciones de vida, en especial de los más desfavorecidos, y evita el éxodo rural  las grandes ciudades.

Las instituciones egipcias pusieron en marcha hace  una década un plan para transformar áreas desérticas en cultivables  mediante diferentes métodos agrícolas.

Israel  con un sesenta por ciento de sus tierras de cultivo en zonas de desierto, ha demostrado que la aplicación de diversas técnicas  innovadoras  genera  resultados sorprendentes, los recursos  hídricos se obtienen de varias formas gracias a un sistema de canalización des el   mar de Galilea o del reciclaje de aguas grises de las zonas urbanas.

En la universidad de  Chile un grupo de investigadores de  la  Facultad de  Ciencias  Agrarias y Forestales estudia diversas especies  vegetales como la jojoba, higuera, el granado y la alcaparra para su explotación en zonas desérticas.

Los  investigadores  chilenos afirman que la investigación mundial en estudios de  resistencia o tolerancia a la sequía se ha centrado en  la producción de cereales  y algunas leguminosas, si embargo estas especies no son las más aptas  para las zonas desérticas, lo lógico es trabajar en especies con características naturales de resistencias a estate tipo de condiciones y que no compitan con suelos destinados a otras especies.