Los acercamientos del gobierno mexicano con China, el gigante asiático, durante 2013 fueron favorables para el sector porcícola, ya que se sentaron las bases de la relación comercial y la posible entrada del producto a un mercado potencial de mil 100 millones de personas, sostiene Tito Tablada, director de Relaciones Públicas de Granjas Carroll de México. Pero para que se concrete este buen ánimo falta dar un paso muy significativo en el papel: que el gabinete de salud del gobierno de Xi Jinping valide las instalaciones mexicanas de producción y sacrificio de los porcinos.
“Este proceso es el que ha tardado un poco más sin embargo hay una gran apertura de las autoridades chinas, porque con nuestra normatividad –Tipo Inspección Federal, TIF-, este nivel que es muy bueno, sea aceptado en China y no necesariamente bajo los criterios de normatividad china”, dice en charla con Conexión en Línea-Unión Campesina.
Paradójicamente, la historia reciente y el futuro a mediano plazo de Granjas Carroll parecen estar ligados irremediablemente a los asiáticos. La compra de la parte que correspondía a la estadounidense Smithfield, fue comprada por un empresa china y ello derivó en el congelamiento de proyectos de expansión en México y particularmente en el valle central de Puebla.
Agrega: “creemos por lo agresivo que puede ser el empresario chino que vienen nuevos proyectos, no sabemos todavía en qué forma, ni en qué volúmenes, pero creemos que pueden venir nuevos proyectos y estamos en este año en la etapa de analizar y prospectar el mercado bajo las nuevas condiciones”.
Actualmente esta industria, con base en Perote, Veracruz, tiene granjas en 7 municipios del estado de Puebla y produce un millón 300 mil cerdos en pie al año, con lo cual generan mil 200 empleos.
El total de la producción se destina al mercado nacional, y de este, el 60 por ciento se coloca en el Distrito Federal, aunque ya ensayan nuevas líneas genéticas que permitan distribuir más animales en otras demarcaciones.
“La tradición en algunos mercados, principalmente del sureste, es que quieren un cerdito más chonchito y el cerdo que vendemos hacia el centro del país es un cerdito más esbelto, con menos grasa”, explica.
En esta segunda entrega de la plática de Conexión en Línea-Unión Campesina con Tablada Cortés, concluye que con la nueva coyuntura para el sector ganadero resulta más complejo producir de manera sustentable y por tanto el reto es mejorar los procesos para que sean amigables socialmente y con el ambiente, pero al mismo tiempo sigan haciendo redituable la actividad.