Gracias al proyecto de Vinculación INEA- SEDESOL “La letra con sopa entra” implementado por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) a través de la Coordinación Estatal de Comedores Comunitarios (PEC), 870 personas concluyeron la educación básica, además de que fueron dotados de una alimentación sana variada y suficiente.

El Delegado de la SEDESOL en Puebla, Juan Manuel Vega Rayet, explicó  que la importancia de este programa es ayudar al aprendizaje complementado con apoyo alimenticio, por lo que en una primera convocatoria se han registrado 870 personas en el INEA para completar su educación. De esta manera, se certificaron a 250 beneficiarios quienes recibieron su certificado de primaria y secundaria.

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI, el Estado de Puebla registra una población de 407 mil 182,  personas de 15 años y más analfabeta,  378 mil 250 sin escolaridad,  605 mil 805 primaria incompleta, 185 mil 350 secundaria incompleta, por lo que este tipo de acciones son relevantes en el combate al rezago educativo.

Este programa pretende alfabetizar a las personas que asisten a desayunar y comer a los 70 comedores comunitarios fijos y 148 Unidades Móviles Alimentarias que se tienen en la entidad, pues se les ha pedido a los que tienen rezago educativo, acudan dos horas 3 veces a la semana para ser orientados en la presentación de su examen.

As así como este  programa valora los conocimientos y habilidades que una persona joven o adulta ha desarrollado a lo largo de su vida por lo que se considera importante reconocerlos, para que las personas de 15 años o más, que así lo decidan y se sientan preparados para ello; puedan demostrar lo que saben por medio de la aprobación de un examen, y con ello obtener un certificado de primaria o secundaria.

Las preguntas del examen están relacionadas con la lectura y la escritura, matemáticas, salud, conocimiento de la familia, el ambiente, la comunidad y el país; todas ligadas con situaciones de la vida diaria.

En este sentido añadió que el gran éxito de los comedores comunitarios es que ya son como un gran centro familiar, donde se reúnen los beneficiarios, desde los adultos mayores que esperan la apertura de éstos a las 8:00 a.m. para ir a platicar con alguien, hasta las mujeres en lactancia o embarazadas, por lo que también se ha convertido en un centro de esparcimiento de la gente.

Resaltó en ese sentido el papel que juegan estos comedores al ser centros en donde la comunidad se congrega no solo a comer, sino a convivir y a participar de manera voluntaria y en armonía para ayudar a sus propios vecinos, además de que  los niños desde pequeños estén bien alimentados; destacó que es visible que cuando un niño ingresa a un comedor no tiene la oportunidad de contar con alimentos a diario y a pocas las semanas cambia, lo que significa que ya está bien alimentado y nutrido.

 

Por su parte, Erika Alatorre Abundis Coordinadora del Programa Comedores Comunitarios en Puebla resaltó que la clave en el combate a la pobreza está en la educación, pues contribuye a romper el círculo intergeneracional de la misma, abre oportunidades para el bienestar personal y familiar para adquirir una visión más incluyente, más enriquecedora y en el fondo más humana. “La educación es el primer paso en el circulo virtuoso del progreso, es por ello que el Gobierno de la República puso en marcha este programa especial de certificación”.