Víctor Villalobos Arámbula, Secretario de Agricultura (SADER) apadrina la generación “Álvaro Carrillo” 2012/14-2019, integrada por mil 167 egresados de la Universidad Autónoma Chapingo.

 

En su mensaje a los nuevos profesionistas, indicó: “Todos tienen una responsabilidad para dar a las actividades agropecuarias, un papel preponderante como motor de desarrollo y fuente de bienestar de las personas que viven en los territorios rurales”. 

Señaló que el desarrollo de la ciencia agrícola ha permitido producir cada vez más y mejor, es por ello que las áreas de conocimiento se han multiplicado y especializado, entrelazando en el campo una cultura milenaria con los avances científicos y tecnológicos.

Resaltó la creciente participación de la mujer como profesional en el campo: “Su presencia refleja un gran cambio positivo, que también debemos llevar a las comunidades rurales y sus mujeres”.

En un esfuerzo de esa naturaleza, añadió, el papel de los profesionales de la agricultura es fundamental, son quienes ponen el conocimiento al servicio de objetivos de interés nacional como la seguridad alimentaria, la inclusión social o el desarrollo sustentable.

“Corresponde a ustedes ser heraldos de una buena nueva para el campo, ser actores de la redignificación de la agricultura; tenemos que lograr que los jóvenes encuentren arraigo y destino en las actividades agrícolas y, recuperar con ello, el sentido de pertenencia a la tierra”, aseveró.

Como pocas comunidades académicas, Chapingo se ha distinguido por su compromiso social; el convivir con familias campesinas otorga una sensibilidad muy especial sobre su bienestar, ya que duele su pobreza y llena de satisfacción ayudar a su superación, apuntó.

La nobleza de esta profesión, dijo, aún radica en el fin propio de la agricultura: proveer alimentos, materias primas, ingresos, empleos; esto es, proveer una fuente de bienestar a los millones de personas que viven en el campo y que viven del campo.