COMPASIÓN

Porque sé lo que has vivido y cómo lo has vivido,  es que me pongo a pensar cómo  hubieran sido mis pasos   con tus zapatos,  y cómo hubieran sido  los tuyos con los míos. Nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido.  Nadie puede imaginar el dolor que nunca ha tenido.  Nadie regala  lágrimas  embotelladas para que los demás sepan a que saben.   Nadie hace  gala de su desdicha,  hace honor de  su fortaleza. ¿Y cómo vemos a los demás enfrentando las cosas que no hemos enfrentado jamás.  Y qué hacemos con ellos.  Qué les decimos, qué compartimos y  qué tanto  los estimulamos.

¿Será que siquiera los escuchamos y cómo los escuchamos?

Cómo duele la pena ajena,  tan cercana cuando estamos tan cerca para sentirla y tan lejos de solucionarla.  Ojos húmedos,  miradas perdidas,  manos frías y mente ausente,  es  la imagen de quienes sufren y  en ocasiones  solo los   nombramos,  “la gente”.
Qué pocos conocen la palabra COMPASION. Cuántos  seres impávidos ante  los duelos y pérdidas de los demás  sin mostrar la mínima mortificación.  Muchos se visten de luto  porque así lo  requiere el  momento,  sin sentir el luto de quien lo lleva dentro.   
La vida sigue comentan muchos.  No  es en mi año, no es mi daño.    Quizá se lo merecía.   Y qué sabe quién lo que es perder algo o alguien,  cuando no ha pasado por ese túnel.
Más  le valiera  al indiferente,  ponerse  siquiera un momento  el calzado  que usa la gente cuando  el destino   lo trata diferente.  Quizá no se ha subido a la pasarela  de la vida,  cuando  ésta se encuentra de mal humor.  
Si da pena ver al que sufre, más pena da ver al que no le importa. Qué llena de vacío tiene el alma  y que frío tan  ardiente  lleva en el corazón,  para  no mostrar  ni un ápice de COMPASION.  
COMPASION es   el sentimiento de lástima que produce el que sufre.
Cabe mencionar que lástima no significa ver a alguien  por debajo de los hombros.  No es una forma   de mostrar desprecio.   No es hacerle sentir inferior a nadie.  
Seamos   compasivos  con quien tengamos que serlo.  Sin juicios ni comentarios mordaces.  Sin críticas ni hipocresías.  Sin caravanas con sombreros ajenos.  Sin ser luz de la calle y oscuridad del hogar.
Analiza tu vida para que recordando agradezcas,  y entiende  la de tu prójimo para que le compadezcas, le motives y le apoyes…
“Cuando sientas frío, piensa en un sol radiante que ya te ha calentado.
Cuando sufras una temporal derrota, acuérdate de tus triunfos y de tus logros.
Cuando necesites amor,  revive  tus experiencias de afecto y ternura.
Acuérdate de lo que has vivido y de lo que has dado con alegría.
Recuerda los regalos que te han hecho, los abrazos y besos que te han dado, los paisajes que has disfrutado y las risas que de ti han brotado.
Si esto has tenido, lo puedes volver a tener y lo que has logrado, lo puedes volver a ganar.
Alégrate por lo bueno que tienes y por lo bueno de los demás, acéptalos tal cual son; desecha los recuerdos tristes y dolorosos, y sobre todo no tengas ningún rencor, no te lastimes más.
Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la verdad.
Recorre tu vida, detente en donde haya bellos recuerdos y emociones sanas,  y vívelas otra vez.
Visualiza aquel atardecer que te emocionó. Revive esa caricia espontánea que se te dio. Disfruta nuevamente de la paz que ya has conocido, piensa y vive bien.
Allí en tu mente están guardadas todas las imagines; ¡Y sólo tú decides cuáles has de volver a mirar!
No hay carga que se nos dé y no tengamos la capacidad de llevar.
Busca siempre vivir el presente aprendiendo del pasado, no cargues con situaciones y problemas que ya han pasado.
Piensa en esto:
¿Cuál era tu mayor problema hace 10 años? Probablemente ahora sea nada.
Ahora, si dentro de 10 años tus problemas actuales no van a ser nada, ¿Por qué vivir tristes por ellos?
Por sobre todo, acuérdate de tu Creador. Él siempre se acuerda de ti”.
(Autor Desconocido)
El Mundo Requiere… Compasión
Comienza por ti  para  sentir el tú.
Toca el corazón del otro con el tuyo. 
Siente  la dádiva  para dar un  abrazo  al dolido.
Aprende a llorar acompañando a llorar.
Se  solidario,  acércate con amor. 
Se generoso,  ayuda al necesitado
Se piadoso,  comprende al desafortunado.
Y después de todo lo negativo  que acontezca a tu alrededor, siempre  piensa positivo…
“Tu imaginación son los avances  de lo que está  por venir”.  (Albert Einstein)
Cuando  la vida te de razones para llorar,  demuéstrale que todavía  tienes mil razones para  sonreír y  entonces, solo entonces… podrás ser feliz.