VOLUNTADEn cada amanecer del nuevo día, cierra un instante los ojos… Piensa, medita y decide desde el fondo de ti, cuántas cosas de todas las que aparezcan en él, requieren de tu VOLUNTAD.

La VOLUNTAD, es aquella fuerza interior que te impulsa para hacer lo cotidiano, para planear el mañana, para decidir qué hacer, para salir del cajón o para volverte a meter; cuando no quieres cruzar el otro lado del camino que te lleve a un mejor destino.

 

Existen personas que van perdiendo la VOLUNTAD, según el número de fracasos y pérdidas, donde los salteadores de vidas ajenas, llegan para robar con el mayor índice de agravio, y sin escrúpulo alguno.

 

Es verdad, cuánto ultraje hacia lo más sagrado. Cuánto afán de lastimar. Cuánto daño sin merecer. Cuánto se lacera el alma, y se sienten sangrar las entrañas. Cuánto dolor que debe morir sepultado, cuando es arrancado de un golpe inesperado.

Más se tiene la obligación de renacer, y volver a reconstruir desde lo más profundo de los escombros, para erigir hasta arriba con fe, esperanza y amor; tocando el cielo con las manos hinchadas de VOLUNTAD, hacia la conquista y la realización.

Quizá no sepas los grandes logros que pueden obtenerse con solo tener VOLUNTAD. Con solo pensar el espacio que tienes para fincar y seguir fincando, en toda la superficie que ocupa tu lugar.

La VOLUNTAD no se compra ni se ruega, se pide a sí mismo con autoridad para no menospreciar la autoestima, que a veces se tambalea por esas causas ajenas que producen confusión y penas.

La VOLUNTAD no se roba, ni se manipula, se respeta como lo más respetable. Se sugiere y deja en libertad para que ella por sí sola, tome los caminos que más precise tomar.

La falta de VOLUNTAD vuelve a las personas desidiosas, apáticas y perezosas. Lo mismo les da estar dentro que estar fuera. Lo mismo es no hacer nada, por nadie; que ser nadie por nada.

Hay cientos y miles de caminos por conocer con diferentes distancias. Los de cerca y los de lejos. Los de siempre, del fuerte, tenaz y decidido. Los de nunca, de quien no es capaz de pedirse permiso solo para probar.

Tu vida es tan tuya como tu camino, tus decisiones y tu destino. Tu vida es tan tuya, que los demás no pueden entrar. No te limites de nada, porque el paso por la vida es único, tiene un tiempo y un momento; el justo, el preciso, el indicado.

El momento que no debes hacer a un lado, porque se va presuroso, tomando la mano de quien desea experimentar la aventura del nuevo amanecer, el dichoso acontecer y el cúmulo de experiencias que le harán renacer y crecer.

Tu vida y tu VOLUNTAD, son exclusivamente tuyas como lo son tus deseos cuajados de imágenes y nombres; de paisajes y circunstancias que vienen en esa vertiente diseñada para ti.

EL MUNDO REQUIERE… VOLUNTAD.

VOLUNTAD es hoy en tu tiempo y espacio, sin importar cuánto del día de ayer te pueda seguir afectando. Importa que no te marches, sin dejar que florezcan las semillas de hoy, para alimentarte mañana.

VOLUNTAD es la palabra entregada, es la idea programada, es el triunfo vislumbrado. Es no dejar nada por hacer, cuando se tienen los elementos para ser otro ser.

La fuerza está en ti, el poder lo persigues tú, los resultados te los devuelve la vida. Cuando sabe calificar al alumno más prominente que decidió no ser un mediocre, que no pasó de noche para ver cuántas estrellas brillaban, sino para ver una de cerca.

“Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica… LA VOLUNTAD “. (Albert Einstein)

Jesús, el divino Maestro resumió en una sola oración el camino de la verdad y la luz, que en una de sus líneas dice… “Hágase tu VOLUNTAD, así en la tierra como en el cielo…”

Los seres humanos, tenemos la verdad en las manos y podemos hacerla viva. Hágase tu VOLUNTAD, así en tu vida como en tu bien. Así en tu camino como en el de otros, así en el sentir que puedes ofrecer, cuando has decidido querer…