Julieta Hernández Jáuregui Galván
 
De todas las fechas del año que tenemos para conmemorar, sin duda alguna es la del Día de las Madres.   Para ella todo nuestro respeto, agradecimiento, amor y recuerdo  como Un Homenaje a Mama.

Para ti nuestro profundo respeto  MAMA,  por conocer lo que significa entregar    una parte de tí misma,  al  concebir el fruto de tus entrañas,  dentro de  tu naturaleza,   para cobijarlo en tu vientre, en tus brazos  y en lo más íntimo de tu corazón, para amarlo y bendecirlo  hasta el último día de  tu vida.
Cómo no agradecerte  cada noche de desvelo aún cuando no me conocías,  y cuando gustosa  esperabas, que llegara por fin  el día de tenerme en tu regazo,    y  fincar así  en tus sueños  como sería mi vida cuando  empezara a crecer.
Cuánto amor  supiste dar desde ese primer instante en que supiste de mi existir,  tan indefenso y pequeño como una semilla,  y tan grande para sentirte orgullosa  del fruto de tu gran esfuerzo,  luchando para que yo me lograra,   y  pudiera llegar al mundo donde ansiosa me recibirías,  y así ver prolongar mi vida con tu esmero y dedicación.
Imposible no recordar  cómo fue mi trayectoria,   en esos primeros años en que tuve uso de razón,  donde pude darme cuenta  en cuántas cosas estuviste presente,  en cuántas fingías estar ausente,  y que en tu  rostro  no viera  la inquietud  de mis fechorías,  y todas esas travesuras que tuviste que callar.
Un Homenaje a Mamá  es apenas un breve ensayo,  de todo lo que tú mereces  por ser esa gran mujer,  que sabe dar hasta la vida  por cualquiera de tus hijos,  cuando está en peligro su vida, salud y tranquilidad;  su progreso  y su independencia, cuando el tiempo así lo marca.
Mi madre, mi amiga,  mi compañera de juegos,  mi cómplice de travesuras,  mi maestra y mi enfermera.  Mi  confidente de  esas jóvenes  aventuras,   donde empiezan  las  calentura  del adolescente inquieto,  que todo quiere saber.
Mi maestra en el arte de vivir en la gran tarea de la investigación,  ayudándome a  explorar por qué nuevos caminos tenía que caminar.  Por cuales oscuros senderos no debía incursionar,  y qué tipo de   amistades eran las adecuadas, para no echarme a perder.
Mi testigo fiel y silencioso  que siempre supo averiguar,  qué me estaba sucediendo cuando me veías  llorar, y  cuando supiste intuir que algo me estaba afectando,  por mis  bajos rendimientos  a la hora de estudiar.
Cuántas cosas hiciste posibles cuando eran  imposibles.  De cuántas cosas me libraste,  que sabías   no me convenían.  A cuántas  situaciones te enfrentaste donde estaba de por medio la participación de los demás, y de  qué manera fuiste consiguiendo,   lo que no podía conseguir por mis propios medios.
Intuitiva y perspicaz  para  saber llegar a mis profundidades, sin que fuera tema  de discusión  lo que te avisaba  tu intuición.   Aprendiz de hechicería  te  doctoraste  de  adivina, solo para informarme  qué  estaba por sucederme.
Un Homenaje a Mama, no es decirte  cuánto te quiero,  es hacerte saber   lo mucho que me enorgullezco por tener una madre como tú.   Es salir a decirle al mundo,   cómo se hace fecundo,  cuando alguien te sabe orientar con la sublimidad de su ternura,  y  amor incondicional.   
Un Homenaje  a Mama,  es llevarla   siempre en la  mente  y en esos rincones del alma, recordando  cuando nos decía…   “la ansiedad  se debe mantener la calma”.  Es saber,  que somos lo que somos,  porque un alguien con especial dedicación lleva el nombre de MAMA,   cobijándonos  en su regazo y  ayudarnos  a caminar,  orientando  nuestros pasos  en el arte de saber  formar nuestra personalidad,  y enseñarnos a volar en aras de nuestra libertad.  
Como  Dios  no podía estar en todas partes a la vez, creo a las madres para sentir su presencia; con todas las virtudes y capacidad especial, dibujadas con la bondad  que  sabe  derramar MAMA.   De qué están hechas las madres le preguntó un ángel a Dios, y EL con toda  calma  y serenidad le respondió:
“…De ternura,  para ser sutiles cuando algo quieren decir.  De dulzura,  cuando se  proponen  ser cariñosas.  De  comprensión,  cuando lo indica la ocasión.  De perfección,  cuando se esmeran en algo.  De  paciencia,  cuando el hijo la desquicia.  De sensibilidad,  cuando algo quieren  intuir.  De fortaleza,  cuando se  sienten  débiles.  De entusiasmo, cuando quieren trasmitir optimismo.  De serenidad,  cuando algo no va bien.  De paz,  cuando conversa conmigo.  De amor,  para poder soportar lo que no es fácil soportar.
Entonces  has creado un ángel especial Señor,  haz dicho lo correcto respondió Dios,  es el ángel sin alas a quien he nombrado MAMA…”
El Mundo Requiere… Un Homenaje a Mamá.
Un homenaje que dure lo suficiente,  para hacerla feliz y   que  se repita a cada instante,  para darle el lugar que merece.   Que nazca del corazón,  porque ella es  ese enorme  corazón,   que nunca se olvida,  porque MAMA  es inolvidable…
¡¡ Felicidades MAMAS de todas partes del mundo, seguid llevando en su esencia  la inmensa y hermosa misión maternal !!